Ancelotti: defensa, unión y espalda larga

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Rubén Cañizares

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El derbi de hace dos semanas (3-1 en el Metropolitano), que provocó la primera sacudida de la temporada, enfadó al madridismo por el cómo y el contra quién. Ancelotti es el primero en saber que un encuentro contra el Atlético o frente al Barcelona no es un partido más. El equipo venía de hacer el gancho en los duelos anteriores, salvados varios de ellos en la campana, gracias a los tantos de Bellingham. En el derbi, ni Jude ni nadie estuvo a la altura de lo esperado. Tampoco Carlo.

El caos táctico, los graves despistes en las marcas, la inclusión de Kroos y Modric en el once, y la impotencia del equipo con el 3-1 dejaron muy señalado a Ancelotti y su 4-4-2, que hizo aguas en el Metropolitano: «Tengo la espalda larga», dijo Carletto tras el partido. Ya sabía que venían días de duras críticas y de cierto fuego amigo, que es el que más daño le hace.

Su reflexión también era un aviso a los medios y a los aficionados. Sabía cómo evitar que se repitiera lo sucedido en el derbi, y así lo ha demostrado. Ancelotti puso el foco en el trabajo defensivo, incluyó matices, como liberar de trabajo a Vinicius y darle esa responsabilidad a Bellingham. Eso en la izquierda. En la derecha, Valverde haría lo mismo con Carvajal. Fortalecer el trabajo defensivo en ambos costados era clave para no hacer de las bandas un foco de peligro para los rivales.

También reforzó privada y públicamente el trabajo de Kepa, excelente bajo palos, pero dubitativo en el juego aéreo. «Nadie es perfecto, tú tampoco», dijo entre risas al periodista que le cuestionó por el falló del vasco en el 1-0 en Nápoles. Otra vez su mano izquierda para naturalizar todo, hasta el error más flagrante.

Fuego que apagó también con Modric, deshaciéndose en elogios hacia su figura, asegurando que el primer dolido por su situación era él mismo y descartando por completo una salida en el mercado de invierno. 35 minutos en el Maradona y titularidad más ovación el sábado ante Osasuna. Luka, enfadado por un rol nunca conocido en sus once años en el Madrid, se marcha al parón esbozando media sonrisa. Eso, hace quince días, tras ser cambiado en el descanso del derbi, parecía una quimera.

«Las críticas siempre son bienvenidas y nos han servido, así que gracias a vosotros por las críticas», dijo socarronamente Carletto tras el 4-0 a Osasuna, preguntado por el balance del equipo tras pisar la manguera en el derbi. Desde entonces, cuatro partidos, tres en Liga y uno en Champions, y cuatro victorias. 12 goles a favor y solo dos en contra. Liderato en el campeonato doméstico y en su grupo europeo. De momento, la selección de Brasil deberá seguir esperando hasta el final de la temporada. Hay mucho Ancelotti en el Madrid aún por delante. Es la espalda larga de Carlo.