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La rebeldía de Modric, un Balón de Oro en el banquillo

El croata, disgustado por su falta de minutos, se revuelve contra su nuevo estatus con un decisivo impacto en el desenlace del Nápoles-Real Madrid

Nacho: «No soy un criminal ni un asesino»

Modric y Ancelotti, abrazándose tras el final del Nápoles-Real Madrid abc
Rubén Cañizares

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Tras cinco minutos de añadido, en los que hubo un par de sustillos locales, Clément Turpin, que tiene más fama que calidad, decidió dar por finalizado el Nápoles-Real Madrid. Ahí empezó el habitual ritual de Ancelotti. Choque de manos con Rudi García, y pasitos ... cortos, pero firmes, hacia el centro del campo para saludar al trío arbitral, a los rivales y a sus propios jugadores, que habían firmado una victoria de prestigio en el estadio Maradona. Fue entonces cuando se produjo el saludo y el cariñoso abrazo entre Luka Modric y el técnico italiano. Se admiran, se respetan y se quieren, pero eso no es óbice para que tengan sus diferencias profesionales por lo que está sucediendo esta temporada. Los cambios siempre pillan con el pie cambiado.

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