Vinicius, el estilete para explotar la inseguridad defensiva del Atlético

« Tengo un tren que corre a toda velocidad por la banda izquierda», señaló el «allenatore» al llegar al Madrid en julio y toparse con un delantero al que ya conocía, pero que le cautivó al entrenarle porque vio que aunaba unas posibilidades tremendas. Un extremo puro que marca la diferencia con su rapidez, su regate y un acierto goleador que ha explotado bajo el mando y la confianza que le ha concedido el italiano.

Tras las dos primeras jornadas de Liga, en las que salió en las segundas partes, quitó el sitio a Eden Hazard y se ganó una titularidad indiscutible. Ha disputado los veintidós partidos de la temporada y ha sido titular en veinte de ellos. La pregunta que se hacen muchos es cuándo descansará, porque el italiano nunca le sienta. Ancelotti no le ha concedido descanso hasta ahora porque los datos físicos del cuerpo médico, los datos telemétricos como los llaman en el ámbito popular, indican que el brasileño se encuentra siempre en buenas condiciones para competir. « Vinicius no está cansado , nunca le hemos visto así y ha rendido a un buen nivel, por eso ha jugado siempre hasta ahora», advierte su jefe . Los hechos lo demuestran. Ha marcado doce goles hasta hoy, su mejor cifra en tres años y sin haber alcanzado aún el ecuador del curso. Ha dado cinco. Durante la campaña pasada anotó seis y firmó cuatro asistencias. En sus tres años anteriores consiguió quince dianas.

Es decisivo. Cuando los oponentes le tapan ocupan dos jugadores en ello y liberan a Karim Benzema, Asensio y Kroos. Si solo dedican un defensa a esa misión, vuela, como hizo en San Sebastián. Y si un día no brilla, rodeado de enemigos, saca un disparo como el que ejecutó ante el Sevilla y sentencia.

Lo que tiene en tensión al club es la dureza que empieza a sufrir en los encuentros. Sus propios compañeros están preocupados por las entradas a las que se enfrenta el brasileño. « No saben cómo pararle y las entradas ya van a la rodilla , no solo para frenarle sino también para asustarle», dice un veterano de la plantilla. A esta dureza se suman las provocaciones que algunos rivales le hacen en forma de insultos para intentar intimidarle.

Con 21 años, Vinicius se calienta en algunas ocasiones, aunque sabe que no debe, y el entrenador no para de decirle que ni conteste ni reaccione. En Granada tuvo que cambiarle porque la agresividad era mayúscula y la expulsión de Monchu por una dura entrada al brasileño no redujo esa intensidad. Zaldúa también le entró demasiado fuerte en Anoeta. Los adversarios intentan pararle de cualquier forma porque Vini es determinante. Resquebraja a las defensas, especialmente en los segundos tiempos, cuando él mantiene su velocidad y los contrarios no aguantan el ritmo. Simeone planifica una estrategia para anularle hoy.