historia
1973-1983: Tiempos modernos
En la época que siguió al mítico equipo de Di Stéfano, Santillana y Juanito fueron sin duda dos de los futbolistas más adorados por la hinchada
1973-1983: Tiempos modernos
Illa, illa, illa...
Hay jugadores que son los más queridos por los «fans» de sus clubes y, en la larga lista del madridismo, sin duda Di Stéfano, hoy presidente de honor del club, ocupa el primer rango. Pero en la época que siguió al ... mítico equipo de don Alfredo , Santillana y Juanito fueron sin duda dos de los futbolistas más adorados por la hinchada.
Santillana y Juanito eran muy distintos , tanto en el juego como en su forma de ser. Y supongo que la afición los veneraba por razones distintas. Santillana, que saltaba con la elegancia y la potencia de Michael Jordan y cuya cabeza era tan privilegiada como la de Einstein, aunque la empleara de forma distinta, parecía muy buen chico y además un chico bien. Era el tipo de joven que todas las madres quisieran para hijo o, por lo menos, para novio de su hija. Guapo, elegante y discreto, no fanfarroneaba ni practicaba el juego sucio . Y era un primor marcando goles.
Juanito era todo lo contrario: un andaluz con aire arrabalero y más bien feo, que poseía un endemoniado regate que recordaba algo al de Garrincha y un nada desdeñable tiro a puerta . Puesto a ser limpio, podía serlo con caballerosidad; puesto a ser sucio, pocos le ganaban. Es curioso que Juanito fuese el jugador que inventó esa gentileza de echar fuera el balón cuando un contrario permanece caído, y el mismo que, en un partido europeo, le pisó la espalda a Matthaus en un arrebato de furor. Un sector del madridismo le recuerda todos los minutos 7 en el Bernabéu —el 7 era el número de su dorsal— con ese canto que dice: «Illa, illa, illa, Juanito Maravilla».
Aquel Madrid que siguió a los gloriosos «ye-yés» y que fue antesala de la «Quinta del Buitre» tuvo la mala fortuna de quedarse con la miel en los labios de la Copa de Europa , cuando tenía equipo y méritos suficientes para lograrla. Pero en el recuerdo de los madridistas siempre estarán los regates asombrosos de Juanito y los cabezazos fulminantes de Santillana.
Illa, illa.
Ver comentarios