Real Madrid-Numancia
El Real Madrid, incapaz contra el Numancia
Lucas Vázquez, con dos goles, volvió a tirar de un Real Madrid pobre que solo pudo empatar ante un Segunda
Crónica
Había más gente en el estadio de la que merecía el partido. Muchos aficionados sorianos cantando «sí se puede». En el minuto 8 encendieron las linternas de sus móviles y se vio que eran una buena parte de los presentes. Un Bernabéu soriano, pues.
Con ... el frío que hacía había que cantar o que correr. A los del Numancia se les oyó como si fueran los hinchas del Liverpool.
En cuanto al fútbol, todo siguió muy parecido al partido de ida. Fue Lucas, el mejor en Soria, el que tiró del Madrid. Él 1-0 lo marcó con un remate de cabeza picado a pase de Carvajal .
Difícil encontrarle el pulso al resto. Hubo unos minutos en los que Asensio quiso llevar la iniciativa del juego, pero duró poco . El Madrid pasó a una construcción coral y anodina. Hubo algún tiro lejano y flojo de Lucas y Asensio; Ceballos, escorado a la izquierda, estaba tímido e intentaba sutilezas interiores que no le terminaban de comprender (quizás él tampoco las entendía del todo). En esos minutos se vio (por si quedaba alguna duda tras el Clásico) que Kovacic es un jugador poco inteligente . Usó su potencia para meterse él solo en callejones sin salida. Kovacic parece que tiene mucho potencial pero es solo porque tiene potencia.
En la extravagancia que dijo Xavi esta semana sobre el espacio-tiempo había algo de verdad: el juego ligado del rondo culé se nota. Esa costumbre da sentido a su futbol. Como la presión sin balón alimenta el día a día del Atleti. En el Madrid el espíritu es ganar (estrictamente: un gol más que el rival) y por eso incluso cuando mejor juega lo hace a tirones. Y cuando no juega bien, como ahora, cuesta entender a qué juega el Madrid.
En cuanto a la delantera, Mayoral volvió a parecer más mediapunta que nueve.
En media hora el Madrid no había hecho casi nada y el Numancia comenzó a soltarse. El mejor era Dani Nieto , que salía muy ligero del mediocampo y abría balones a Mateu en la izquierda. Así tuvo el Numancia un par de combinaciones amenazantes que el Madrid no corrigió o no quiso advertir. La misma jugada se repitió en el 44 y supuso el 1-1 de Guillermo, que había entrado por el pundonoroso Higinio, lesionado. Un gran agujero en la media del Madrid, con Llorente desbordado por una contra implacable, a tres toques. El Numancia, por un instante, pareció el Tottenham. En la grada y en el césped.
Esto es una regla que no falla: en cada partido del Madrid hay un rato en que el rival parece mejor equipo .
El Madrid volvió del descanso con más empeño. Se notó que querían ganar el partido. Ceballos hizo un regate maravilloso entrando al área que no aprovecharon ni Mayoral ni Nacho. Pero ese golpe de tobillo suyo era como un rayo de sol.
Con los minutos, los jóvenes entraban en calor. Llorente cogía ritmo, y Vallejo de repente sorprendía con un corte exuberante. Paciencia con ellos.
Mayoral, que es un estupendo pero no un 9 (y si lo es, lo es herbívoro), le dio el segundo a Lucas, otra vez él. El gol nacía en un pase lujoso de Asensio .
Dos detalles de Asensio y Ceballos junto a Lucas, que puso lo contante y sonante de la eliminatoria.
Entró Isco después y con su alegría popular subió un instante el humor del equipo, con contras y buenas penetraciones por una izquierda en la que Ceballos iba encontrando los grados exactos de su diagonal.
Pero seguían pasando cosas raras: el Numancia perdonaba el empate, el recién entrado Markel se iba de todos los medios del Madrid, e Isco desperdiciaba contras con un individualismo que le creíamos olvidado. No lo había perdido, seguía estando allí. Su juego se hizo insignificante.
Con Llorente, Kovacic y Casemiro en el campo, el Madrid se partía y el Numancia llegaba al área. Tras un pase de Saúl, Guillermo , que jugó un partido perfecto, marcó un gran gol de cabeza que aplaudió medio estadio .
El Numancia transmitía pasión (se llevó una bonita ovación) y fue el Madrid, incapaz de ganarle, el que acabó en posición numantina.
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