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Una de Monty Pintus

El Madrid comienza la temporada en febrero, que es cuando las espinacas del francés obran el milagro de la floración muscular

Ignacio Ruiz-Quintano

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Ya tenemos la versión oficial de la ruina del Real Madrid en las competiciones domésticas, Liga y Copa del Rey: los picos del Doctor Pintus, Antonio Pintus, el profesor turinés de judo que contrató Zidane para ganar sus tres Champions. ¡Las tres Champions de Pintus!

Desde que no se exige ganar la Liga para jugar la Champions, el Madrid comienza la temporada en febrero, que es cuando las espinacas de Pintus obran el milagro de la floración muscular para disputar con garantías el trono de Europa. Este Madrid, pues, se comporta como el galgo «Cigüeño» del Séneca. ¿Injusticia?

-No; justicia pura -explica el mimo Séneca-. El galgo corría en el llano de «la Ina». Usted sabe que en él, rompiendo la igualdad de la gran sabana verde de tréboles y gramilla, hay un solo mechón más alto, formado por unos escaramujos y una zarza lobera. Cuando las liebres se han visto acosadas por los galgos en varias direcciones, sin caer en sus dientes, acaban siempre refugiándose en esa trinchera de ramas y púas que les sirve de perdedero. Muchas se han salvado allí... El «Cigüeño» ha corrido demasiadas veces en ese llano. Cuando le soltaron hoy, para la prueba, mientras su compañero se disparaba tras la liebre, el «Cigüeño» se fue con un trotecillo casi sonriente, y, desentendiéndose de la carrera, se plantó a la vera de la zarza. Allí esperó a pie quieto. Créame usted, don José, que me pareció que se sonreía con su larga boca negra de diablo. A los pocos minutos, la liebre llegó a refugiarse en la trinchera. La cazó de un salto... Momentos después, el señor marqués, que era juez de la carrera, lo descalificaba con lágrimas en los ojos. Me lo trajo con pena, y me decía: «Se trataba, amigo Séneca, de ser ligero, no de ser listo».

El Madrid de Zidane estuvo tres años siendo el galgo más listo. No fue el único, pues año hubo que ganó la Champions sin haber ganado la Liga y cruzándose en todos los partidos, incluida la final, con equipos que tampoco eran campeones de Liga.

Se trata, decíamos, de ser listo, no de ser ligero. El Madrid tenía al listo en Zidane, y además, para ser ligero, a ese Pintus recuperado ahora por Solari para sacar al equipo de la quiebra física en que lo dejó Lopetegui, aunque quizá habría que escuchar a Lopetegui.

Luis Aragonés decía que la Liga se gana en el último mes de competición, pero eso era en su época, cuando la Liga la peleaba todo el mundo. Ahora, con galgos tan zorros como el madridista, que se reservan para Europa, la Liga está ventilada en octubre, pues el método Pintus no empieza a dar su fruto hasta febrero. Por San Blas a los chicos de Pintus verás.

Mas no se crea el piperío que Pintus es un Copérnico de la gimnasia, pues también Franco tuvo a su Pintus de la enseñanza: se llamaba Julio Rodríguez y permaneció siete meses (de junio del 73 a enero del 74) en el puesto de ministro de Educación y Ciencia. Dominaba siete idiomas (su sucesora Celáa apenas sabe hablar el materno) y era doctor en Ciencias Químicas y catedrático de Mineralogía y Cristalografía, aunque la posteridad lo recuerda por su reforma del calendario universitario, el «calendario juliano», por el cual el curso iba de enero a diciembre, con un período vacacional de seis meses (junio-diciembre), un sistema importado de Australia. Sus ventajas eran que la «repesca» tenía lugar en diciembre, con profesores y bibliotecas a disposición de los alumnos, cosa que no ocurría en verano, y de paso se aligeraba, en una época de brutal crisis económica, la carga financiera del Estado, cuyas universidades debían incorporar un Bernabéu de estudiantes cada otoño.

Julio Rodríguez traía sus ideas desde Australia y Antonio Pintus viene con las suyas desde Turín, en cuya Juventus lo conoció Zidane. Los futbolistas están con Pintus tan entusiasmados como los futbolistas con Rodríguez. Lo cierto es que la edad dorada, competitivamente, del fútbol italiano fue su proverbial («porque sus pies corren hacia el mal») fútbol físico: en las eliminatorias te sacaban del campo a caderazos. Cuando aquello se vino abajo, la gente echó la culpa a la campaña gubernamental contra el doping, como ocurriera con el ciclismo.

Pintus es otra historia. Solari, que ha organizado su Real Madrid sobre la piedra de Lucas Vázquez, tiene a Pintus para que, a base de test, los test de Pintus, el Colibrí de Curtis crezca hasta sustituir con éxito a Cristiano.

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