Un nuevo sainete que no cambia nada

Una inestabilidad que el Sevilla lleva años arrastrando, pero que se ha agravado en la última temporada y media por los malos resultados deportivos y la acumulación de deuda en los últimos ejercicios. La confianza de los accionistas sobre el actual consejo de administración se ha visto mermada por estos motivos, tal y como quedó patente en las anteriores cónclaves sevillistas, en las que no salieron adelante las cuentas.

En esta ocasión, Del Nido Benavente solicitó esta reunión para pedir información económica que, parafraseando, se le «negó» en la anterior junta. El objetivo principal, según el expresidente, era el de conocer «a qué nivel de crisis económica está llevando el actual consejo remunerado del Sevilla». De hecho, la mayoría de los puntos del día perseguían dejar en evidencia la gestión del actual consejo de administración y atar en corto la toma de decisiones del mismo. Una maniobra que fue catalogada por Del Nido Carrasco como «un uso abusivo y pretensión fraudulenta usar este vía, tratando de entrar en la gestión del consejo y suplantar en sus funciones. Son subterfugios fraudulentos para inmiscuirse o paralizar el consejo. No llega a dominar el consejo por medios legales y quiere dominarlo de esta manera. Todo lo demás es palabrería«.

Así, y amparado por el pacto de gobernabilidad, el máximo dirigente pudo eludir este nuevo ataque de su padre no dejándole votar en ninguno de los puntos que influían directamente en la gestión del consejo de administración. Sus acciones agrupadas por el derecho de las minorías no pudieron votar, por lo que el consejo volvió a salir airoso. Una maniobra avalada por la justicia, puesto que todos los litigios judiciales abiertos por Del Nido Benavente para poder votar han sido rechazados. De esta forma, esta convocatoria extraordinaria se certificó más como un sainete, en el que todos los actores cumplieron con su papel a la perfección para despertar el bochorno ajeno... y con aplausos incluidos.

Así, el primer punto del orden del día de esta junta extraordinaria perseguía conocer el coste de la eliminación europea y las consecuencias económicas del despido de Diego Alonso y, por consiguiente, la contratación de Quique Sánchez Flores y su equipo. Del Nido Carrasco aclaró que «la desviación presupuestaria» había sido de 22,5 millones de euros por la eliminación de competiciones europeas, mientras que «la resolución del contrato de Diego Alonso y la contratación de Quique Sánchez Flores» fue de más de cuatro millones de euros. Por tanto, la desviación presupuestaria total alcanza los 27 millones de euros. No obstante, el presidente de la entidad sevillista afeó a su padre la convocatoria de esta junta para conocer unas cantidades «que podía haber solicitado y se le hubiera dado». A lo que Del Nido Benavente respondió que lo consideraba necesario para conocer «a qué nivel de depreciación de la acción conlleva tener una desviación presupuestaria de más de 22,5 de euros».

Otro de los puntos calientes de la junta, tal y como se preveía, fue el que perseguía limitar las operaciones de financiación superiores al millón de euros. Sobre todo, porque el actual consejo de administración había cerrado hace tan sólo cinco días un préstamo valorado en 108 millones de euros. Del Nido Benavente pidió explicaciones de este movimiento y solicitó información sobre las posibles «comisiones que han conllevado esta operación». De hecho, el expresidente amenazó con solicitar hoy mismo otra junta extraordinaria si el consejo le negaba esta información.

Por su parte, Del Nido Carrasco defendió que la concesión de este préstamo avalaba la solvencia del club y, por tanto, la gestión del consejo de administración: «La solvencia del Sevilla FC ha sido clasificada BBB -, una clasificación a nivel de los grandes bancos españoles y gobiernos europeos».

El dinero siguió siendo el eje central de la junta y el quinto punto de la orden del día permitió a la sala conocer el coste de las retribuciones del consejo de administración. Un coste que fue de 2.191.500 euros en la temporada 20-21, de 2.232.500 en la 21-22 y de 2.120.000 en la 22-23. «Son 600.000 euros para el presidente, 450.000 para el vicepresidente y 50.000 para los vocales. Fue acordado en un consejo sin votos en contra. No existen retribuciones en especie ni dietas», explicó Del Nido Carrasco.

Respecto a esta remuneración, Accionistas Unidos propuso una modificación para que la remuneración de los consejeros consistiera en una parte fija y en una parte variable, vinculándose está última a la consecución de los objetivos deportivos. No obstante, el punto quedó finalmente rechazado, puesto era necesario un voto afirmativo de dos tercios del capital social representado. El consejo de administración, como informó ABC, ya redujo de media sus retribuciones un 20 por ciento. No obstante, Del Nido Benavente insistió que la dirección del club mentía con esta reducción de retribuciones, asegurando que era un porcentaje mucho menor del que habían asegurado.

Y así, punto por punto, el tono de la junta se fue deshinchando y, tras superarse las tres horas y media de duración, el final llegó para la alegría de todas las partes y sin nada nuevo bajo el sol. Sólo cabe esperar cuándo llegará la próxima y carísima nueva pantomima. Y es que cada junta general de accionistas cuesta 105.000 euros, según informó Del Nido Carrasco, el cual capeó como pudo el temporal en su primera asamblea como presidente.