Quartararo no tiene rival

De nuevo, en su victoria, poca historia, más allá de las primeras dos vueltas en las que Pecco Bagnaia puso la Ducati a funcionar y le peleó los puestos de cabeza. Pero este Quartararo tiene ese punto más en la Yamaha y en su cabeza , que todavía el italiano no tiene. Y a partir de la cuarta vuelta, ya no dio ni una sola opción a sus rivales de quitarle el triunfo. Tampoco a su compañero de equipo, Maverick Viñales , que había firmado la primera posición de la parrilla y que terminó segundo al final, en medio de los rumores que ya lo suben a la Aprilia tras sus enfados con el equipo de Yamaha.

El francés fue ganando metros y segundos, hasta conseguir un colchón de casi cuatro segundos y medio con el que levantó un poco el pie y solo tuvo que concentrarse en mantener la cordura. Esa que le faltó un poco en 2019 y que hoy muestra con soltura. Por detrás, la otra Yamaha, a la que se le sigue resistiendo la salida, y la Suzuki de Joan Mir , que sigue ahí, aun sin tanta brillantez como el curso pasado, pero ya haciendo lo que lo llevó a ser campeón en 2020: «No podía pedirle más a esta carrera. He luchado al máximo por este podio, que es muy especial porque comenzaremos la segunda parte del campeonato más fuertes», explicó el mallorquín, tercer cajón por tercera vez.

Y no ganaron, pero bien se llevaron el aplauso tanto Marc Márquez como Pedro Acosta . El de Honda salió en la vigésima plaza, pero atrapó la séptima posición final para seguir en su progresión hacia el Márquez que quiere volver a ser. Y el líder de Moto3 también completó una remontada estupenda, cuarto al final después de sufrir el atropello de dos rivales el sábado y pasar la noche en el hospital con un traumatismo torácico. En la categoría pequeña se impuso Dennis Foggia, y en Moto2, Raúl Fernández.