Katir derriba el récord de Europa de 5.000 de Ingebrigtsen

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Ignacio Romo

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El atletismo español situaba su mirada en los 5.000 metros. Había muchos rumores en torno al monumental momento de forma de Mo Katir, el rey del mediofondo hispano. Llegaban noticias desde Sierra Nevada, donde se concentraba estos días el mediofondista de Mula, hablando de una preparación extraordinaria y de grandes planes para Montecarlo.

Katir salió con prudencia, con inteligencia. Camiseta roja, de tirantes, algo nuevo, más acostumbrado últimamente a la manga corta. Pantalón negro, zapatillas rosas, el pelo negro recogido atrás en un moño. Cosas de la aerodinámica. No le importó al plusmarquista español ir a cola de grupo en las primeras vueltas. Iba en la undécima posición en la segunda vuelta, detrás de la cola de atletas africanos. En el segundo kilómetro pasó al noveno puesto. Siguió progresando. Al paso por los 3.000 metros (7:38.7 para la cabeza del grupo) ya era sexto.

El atletismo es ahora un deporte de luces. La iluminación rítmica del borde de la pista, programada para ir marcando el ritmo de los récords, fue de gran ayuda para Katir. Las luces de color blanco marcaban el ritmo del récord de Europa. Un récord mágico. Los 12:48.25 del noruego Jakob Ingebrigtsen, el mago, la gran referencia nórdica del mediofondo europeo. ¿Iba a poder Katir con el registro del noruego? La respuesta fue afirmativa.

Katir sufrió en la última vuelta. Su magnífica planta, su delgadez, su facilidad para deslizarse sobre la pista auguraban ya el récord europeo. Las luces blancas quedaban atrás. Los tres etiopes (Gebrhiwet, Aregawi y Bekele) se le escapaban por delante pero no demasiado. Hagos Gebrhiwet ganó con 12:42.18 pero Katir no tardó en cruzar la meta. 12:45.01, un crono espectacular, impensable para un atleta español hace unos años. Ingebrigtsen quedaba borrado en el libro de récords de Europa. Más de tres segundos de margen. Malas noticias para el noruego.

«La idea era batir este récord, así que me voy contento. Donde hay que hablar es en Budapest, ese es el gran objetivo», dijo después el muleño.

El Estadio Luis II fue testigo también de la derrota del sueco Armand Duplantis, algo que se ve muy pocas veces y no sucedía desde septiembre. El plusmarquista mundial se clasificó cuarto, con 5,72, lejos de los 5,92 del estadounidense Christopher Nilsen, el ganador.

Pero la triunfadora de la noche monegasca fue Kipyegon, , la mujer que se deslizó por el tartán durante cuatro vueltas, a menos de 62 segundos por vuelta, algo nunca visto. La africana desveló que competirá en los Mundiales de Budapest en 1.500 y 5.000. Ganará las dos.