Mo Katir: «Aspiro a tener mi propia casa y no vivir con mis padres»

—¿Cómo le gusta que lo llamen, Mohamed, Moha, Mo?

—Katir.

—Una centésima de segundo en la primera ronda estuvo a punto mandarlo todo al traste en Oregon… Es fina la línea entre el éxito y el fracaso.

—Sí, la verdad es que en las eliminatorias estuve muy relajado. Como se clasificaban los seis primeros, pues no lo veía difícil. Pero la carrera salió muy lenta y se puso muy peligrosa al final.

—¿En qué le ha cambiado esta medalla de bronce?

—Pues estoy más motivado, con más ganas. No es fácil ganar una medalla. El atletismo es muy difícil y en unos Mundiales más, pues el nivel es tremendo. Estoy muy contento de mi actuación.

—Mirando hacia atrás, ¿cómo valora ahora su octavo puesto en Tokio?

—Fue una pasada. Cumplí mi sueño. Siempre me hablaban de los Juegos Olímpicos. Era algo muy grande para mí. Y tener un diploma olímpico… Estoy muy orgulloso de aquello, la verdad.

—Va a correr los 5.000 metros en los Europeos. ¿Lo hace porque se ve con más posibilidades que en el 1.500?

—No. Lo hago porque lo teníamos así programado. Yo soy un atleta completo. Disfruto en el 1.500 y en el 5.000. Y si tuviera que hacer el 10.000, pues lo hago y ya está.

—En 2022 ha estado algo menos pendiente de los cronos. Comparando con 2021 parecía que su forma estaba un peldaño por debajo…

—Este año estoy más concentrado en pillar chapa. Las marcas y los récords ya están ahí. Y si miramos el crono del Mundial, ya estoy al nivel de mi récord de España.

—¿Buscará quizá los récords después de los Europeos?

—Después de Múnich quiero descansar. ¡A ver si me deja Mostaza, mi mánager!

—Es probable que Ingebrigtsen solo corra el 1.500 en Múnich. Igual se libran de él. ¿Qué opina del noruego?

—No lo conozco mucho, pero es un atleta que me gusta cómo corre. Marca ritmos muy fuertes.

—Hábleme de los mediofondistas españoles. García Romo ha sido la gran novedad este año. ¿Cómo lo ve?

—Es muy tranquilo, tímido, como yo. No le gusta hablar. Parece muy buena persona, un tío con mucha paciencia. En la pista corre muy táctico y me parece que será un rival muy duro. Eso es bueno: no me puedo relajar.

—¿Adel Mechaal?

—No sé mucho de él. No es mi amigo ni nada. Es un rival durísimo. En los Mundiales estuvo mal, pero resucitará. No se rinde nunca.

—¿Nacho Fontes?

—Es el que mejor me cae de los tres. Lo conozco hace años. Es muy buen atleta. Lo admiro.

—Usted se está entrenando en Sierra Nevada preparando los Europeos. ¿Qué tipo de trabajo está haciendo, afinando la velocidad?

—El trabajo ya está hecho. Lo que hago es mantenerme.

—¿Alguna sesión buena?

—Antes de los Mundiales hice 20 series de 400 metros entre 1:01 y 1:02, con 30 segundos de recuperación entre cada una. Mi novia me acompañaba en la bici. Luego rematé con 200, 400 y 200 más fuertes.

—¿Qué tipo de final de 5.000 le conviene en Múnich?

—La prefiero lenta, con un último 1.000 rápido. Estoy fuerte.

—¿Cuál es el kilometraje más alto que ha realizado en toda su carrera?

—En Font Romeu el año pasado hice una semana de 190 kilómetros… ¡pero esto no lo sabe mi entrenador!

—Decía el gran Sebastian Coe que él sufría en los entrenamientos pero no en la competición…

—Pues estoy totalmente de acuerdo. En la competición disfruto muchísimo. Entrenarme también me gusta, pero menos.

—¿Lleva alguna dieta especial en su preparación?

—Yo como muy bien. Me encanta. Y lo que más me gusta es el cuscús de mi madre.

—Esos genes marroquíes, ¿son importantes en sus éxitos como atleta?

—No. No creo en la genética. Creo en el trabajo duro. Creo en comer bien, en dormir bien y en el trabajo en altitud. Aquí me tiene, entrenándome a 2.300 metros de altura.

—¿Sigue escribiendo poemas?

—Claro. Eso siempre. Me relaja, me motiva. Me hace pensar más en la vida.

—¿Y cómo es la vida, Katir?

—La vida es muy dura y más para un atleta. La vida es un combate: hay que salir cada día a lucharlo.

—A medida que sume triunfos mejorará su economía. ¿Qué sueños tiene?

—Tener mi propia casa y no vivir con mis padres. Aspiro también a tener un coche, pero están muy caros.

—¿Con qué coche sueña?

—Mi sueño es un Mustang, pero es muy caro para un atleta. Si no es posible, pues un 4x4 que ande bien.

—¿Cómo ve el dopaje?

—Es el camino fácil. No entiendo nada de eso ni investigo en ello. El que da positivo es un perdedor. Se merece que lo hayan pillado.

—¿Admira a algún atleta español?

—La verdad es que no. Yo es que era futbolista.

—¿Y qué futbolista ha admirado?

—A Andrea Pirlo. Era mi favorito.

—¿De qué equipo es?

—Juventus.

—Ya puestos, ¿cree que Cristiano vendrá al Atlético?

—Ojalá. Yo de pequeño quería ser como él. Llevaba el mismo peinado y los cuellos de la camisa subidos, como él.

—A algún atleta admirará…

—Sí. A nivel internacional, a Kipchoge, el maratoniano. Es un gran referente. Me gusta mucho su filosofía.

—¿Qué tal el ambiente de la selección española en los Mundiales?

—Muy bueno. Yo me lo he pasado fenomenal.