José Luis González: «Katir corre como me gusta, escondido y apareciendo en la campana, buscando cadáveres»

- ¿Cómo recuerda la plata de 1987?

- Con cariño, con alegría, con responsabilidad. Preparé los Mundiales en Navafría, tristemente quemada estos días, en la Boca del Asno y bajaba a hacer la pista en Segovia. Llevaba un año buenísimo, con muchas victorias por Europa, pero iba con responsabilidad, porque, por mi carácter, sabía que había periodistas que me esperaban, que me podían crujir. En realidad iba calmado.

- ¿Cómo fue aquella competición?

- Las eliminatorias eran por la mañana, a las diez, pero yo me despertaba a las 5.30 y hacía el primer calentamiento, para activarme, suave, a cinco minutos el kilómetro. Luego hacía otro calentamiento en el estadio. Todo eso es fundamental, es lo que yo llamo la novena calle, lo que no se ve. Yo ya tenía 29 años, experiencia, y lo más importante: automatismo en la competición.

- ¿Cambió algo aquel año?

- Sí. La alimentación. Incorporé la pasta y el arroz blanco, que no me gustaban. No me saben a nada, pero tomaba hidratos para el día siguiente. Yo sólo pesaba 61 kilos para mi 1,80. En Roma me costaba dormir, siempre extrañaba la cama en las competiciones y a veces me llevaba mi almohada.

- ¿Cuál fue su sensación al cruzar la meta segundo?

- Fue una gran desilusión lograr la plata. Yo salí en aquella final para ser campeón mundial. Luego ya empecé a valorarlo. Y mi caché se disparó. Comencé a ganar 9.000 euros por carrera. Abascal y yo abrimos el camino al atletismo profesional en España.

- Eran otras tácticas, imprevisibles.

- Aquello era más bonito, no como ahora. No sabías cómo iba a ser la carrera. Ahora te salen los de Kenia y el noruego y no hay estrategia que valga. Mi táctica era estar quieto, calle uno y el menor gasto posible hasta la campana. Yo sabía que en el último 100 podía batir a cualquiera.

- Vamos a Oregon. Hábleme de la final del 1.500.

- Pues te diré que Ingebrigtsen es un atleta excelente. Pero es muy malo en las estrategia. No debió dejar que los kenianos se pusieran al frente. Debió hacerlo él, mucho antes del 700 y con un ritmo más duro aún, porque si no, te aguantan todo y precisamente él no tiene punta de velocidad para arrasar al final. A él la plata no le vale. Este año no está en estado de gracia y no hay que olvidar que los británicos están educados para ganar. Por eso fue derrotado.

- Katir ha ganado el bronce. ¿Qué opina de él?

- Corre como a mí me gusta. Escondido y apareciendo en la campana. Venía con hambre porque fracasó en Tokio. Él es de los que salen atrás, buscando cadáveres. Con él y con García Romo tenemos un gran futuro.

- García Romo fue cuarto. ¿Cómo lo vio?

- Corrió fenomenal. Es muy bueno, lo pondría junto a Cacho y a mí. Se mueve bien en carrera y eso es importante. Yo a Abascal solía decirle que cuando Ovett le tiraba al suelo era culpa de él, no de Ovett. Mario se ha curtido en Estados Unidos, en la milla, en la dureza, en el cartel de cuatro vueltas. Sabe coger velocidad de crucero y que no le interrumpan. A Higuero yo solía decirle que no cambiara tanto de ritmo, que eso lo desgastaba. Romo hace eso perfecto. En la calle uno, cerca de la raya de la calle dos, sabe mucho. Yo no lo conocía, pero es muy bueno, domina lo táctico. Tiene inteligencia de carrera. Sabía que había ganado el Nacional, pero es que yo no veo los campeonatos de España. Veo cosas mayores. La realidad es que Mario me ha vuelto loco. Creo que debe ir a ganar el Europeo. Ya ha hecho 3:30. Pero claro, ¡y ahora? ¿qué progresión le espera? ¿3:28?

- Nacho Fontes fue undécimo.

- Lo vi correcto. Un notable alto. Funciona bien en carrera.

- Adel Mechaal renunció finalmente al 1.500 por el COVID…

- Lo seleccionaron de forma correcta. Un quinto en los Juegos Olímpicos debe ser seleccionado siempre. Él es un atleta de 3.000 metros, pero deberá subir al 5.000. Debe hacerlo antes que Katir porque tiene menos punta de velocidad. De todos modos este año parece que no está tan bien Mechaal.

-¿Cómo ve al atletismo español?

- Pues llevamos dos medallas pero lo cierto es que nos falta densidad. En más de la mitad de las pruebas no aparecemos. Apenas se nos ve en el Mundial.

- Salen muy buenos cronos en los 1.500 metros este año.

- Yo creo que con las 'bambas' de ahora, como dicen los catalanes, hay que sumar 2,5 segundos a todas las marcas. Por eso se baja de 3:30 con tanta facilidad.

- Estuvo usted en el filo de la polémica hace nada. Aquellas declaraciones sobre Nadal y su costumbre de hablar de sus lesiones…

- Es que estamos en un terreno muy chauvinista. Mi bandera es el talento, no el país donde vivo. Cuando vas a una competición ya no debes decir nada. Las lesiones se esconden y no se cuentan.