Un estreno olímpico sin huelga en Heathrow por los pelos

El secretario general del sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS por sus siglas en inglés), el combativo Mark Serwotka, desconvocó ayer la medida señalando que el Ministerio de Interior había dado marcha atrás. Según Serwotka, el Ejecutivo se habría comprometido a contratar 1.o00 nuevos empleados – 800 para los servicios fronterizos–, dando marcha atrás parcialmente en los recortes en el servicio de inmigración de los dos últimos años, que han generado fuertes protestas sindicales y sospechas de haber sido una de las causas de las fuertes colas en Heathrow hace unas semanas.

«Así las cosas, creemos que no hay razones para seguir adelante con la medida de fuerza», dijo, victorioso. Sin embargo, horas después el ministerio le desmentía. « El gobierno no ha hecho concesiones, y no reconocemos la cifra de 800 nuevos puestos en la Policía de Fronteras citada por el señor Serwotka», aseguraba el secretario de Estado de inmigración, Damian Green.

¿Paz total para las olimpíadas? ¿Tregua garantizada? Lejos de ello. Las escenas de caos en los aeropuertos británicos, tan frecuentes en la época veraniega, habrían sido un terrible escaparate de cara a los Juegos. Según varios periodistas, turistas y participantes contactados, las llegadas a Heathrow –aeropuerto oficial de las Olimpiadas– este martes y miércoles se han desarrollado de forma ágil , con agentes de Fronteras en todos los puestos de control de pasaportes. Pero la paz olímpica no ha llegado.

Este viernes hay anunciada una huelga del personal de limpieza del metro , un servicio clave para circular estos días por Londres, y que verá hasta un tercio de las estaciones afectadas por los accesos a las 26 sedes olímpicas dispersas por la ciudad. Además, ese mismo día miembros del sindicato de Transporte que trabajan en el sistema de alquiler de bicicletas del ayuntamiento irán a la huelga durante 48 horas, por diferencias en torno a las bonificaciones que recibirán en los Juegos Olímpicos.

Los empleados del metro recibirán un «bono olímpico» de más de 1.000 euros, para compensar los usarios extra que provocarán los Juegos en la red de transportes. La semana pasada, 28.000 conductores de autobús retiraban otra amenaza de huelga olímpica tras recibir un bonus de unos 700 euros por el mismo motivo, trabajen o no, además, en líneas que sirven sedes olímpicas. Para el 6, 7 y 8 de agosto, el sindicato ferroviario Aslef ha convocado una huelga de maquinistas de los trenes de la compañía East Midlands, un servicio que conecta Derby con Londres.

El gobierno y la oposición han criticado duramente estas medidas de fuerza. La opinión pública sigue viviendo bajo la sombra de las huelgas de los años 70, que tuvieron en vilo al país y le sirvieron en bandeja la primera victoria electoral a Margaret Thatcher. Esta vez, el orgullo de la población por sus Juegos también conspira contra los huelguistas. El as que tienen las centrales sindicales en la manga es su poder de perturbación en un momento en que la capital está inundada de cientos de miles de espectadores y turistas. Una amenaza que les permite conseguir concesiones de un gobierno que, hundido en la recesión , necesita desesperadamente buenas noticias.

La primera jornada de entrada en vigor de la red de «carriles olímpicos» no trajo el « olympic-geddon » que algunos habían previsto. Desde ayer a las 6am, varios carriles quedan cortados al tráfico normal para uso exclusivo de atletas, periodistas, funcionarios olímpicos y patrocinadores , bajo amenaza de multa de 165 euros. Los cortes de carriles han generado confusión entre algunos conductores, que descibren estos días que no pueden realizar ciertos giros que atravesarían estos carriles VIP.

El alcalde de la ciudad, Boris Johnson, afirmó ayer que la circulación era buena. «Solo hemos reservado a vehículos olímpicos el 25% de los carriles olímpicos, y el tráfico en el centro de Londres es un 13% menor de lo habitual». Sin embargo, los trayectos entre Kensington y el aeropuerto de Heathrow, por ejemplo, un viaje de media hora habitualmente, requerían ayer entre 45-60 minutos a unos taxistas soliviantados por la medida.

La incidencia más notoria en una jornada, por lo general, mucho más normal de lo esperado, fue la avería en el nuevo telecabina que une el estadio del 02 Arena (sede de baloncesto y gimnasia) con el centro de convenciones ExCel, sede del boxeo . Unos 60 pasajeros quedaron suspendidos en el aire durante media hora, en este nuevo medio de transporte, patrocinado por los Emiratos Árabes, y estrenado hace un mes tras una inversión de más de 50 millones.