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JUEGOS DE LONDRES

La semana del «olympic-geddon»

Las disrupciones en las redes de transportes y la movilización de urgencia de más militares marcan el inicio de la cuenta atrás para las Olimpiadas de Londres

La semana del «olympic-geddon» reuters

BORJA BERGARECHE

Con muchos indicios en su contra, el alcalde de Londres se esforzaba este jueves en proclamar la normalidad. En su último tour por el Parque Olímpico antes de su puesta en funcionamiento, Boris Johnson afirmaba que todo estaba «listo para recibir al mundo». Eso esperan los 10.500 atletas que llegarán a la capital británica este lunes y el martes, fecha en que abre sus puertas la Villa Olímpica. El reto para los organizadores, que han manejado sin sobrecostes un presupuesto de casi 12.000 millones, es ciclópeo ante la llegada de 30.000 periodistas y cientos de miles de visitantes. El problema es que la semana cierra con motivos más que razonables para poner en cuestión la afirmación del alcalde.

1. Viernes: Heathrow aislado

Parece increíble pero es cierto. La autopista entre el aeropuerto de Heathrow y la capital, la M-4, ha tenido casi todos sus carriles cortados al tráfico durante una semana tras una avería en un viaducto que la atraviesa. Y solo esta mañana ha sido reabierta al tráfico normal. Heathrow es el aeropuerto oficial de los Juegos. Un gigante del transporte que opera en tiempos normales al 99,2% de su capacidad, y que hará frente durante las dos semanas de competiciones a un incremento del 39% de pasajeros y del 35% de maletas procesadas.

Una «terminal olímpica», construida de forma temporal para los Juegos, absorberá gran parte de este sobre-esfuerzo que implicará, por ejemplo, la tramitación aduanera en solo seis días del número de armas que habitualmente pasan por Heathrow en un año (1.000 armas).

«Es el mayor reto operativo de la historia», explicaba recientemente a la prensa Clare Harbord, de la autoridad aeroportuaria. Y el 13 de agosto, el día después de la ceremonia de clausura, será el que bata todos los récords en el aeropuerto. Apunten la fecha.

2. Lunes: Colas, y más colas, en el control de pasaportes

«Nuestro objetivo es no exceder los 25 minutos de cola en el control de pasaportes para los pasajeros de la UE y del Espacio Económico Europeo, y de 45 minutos para el resto de países», nos explicaba recientemente, optimista, Marc Owen, portavoz de la Policía de Fronteras. El lunes, en un acalorado debate en la Cámara de los Comunes, varios diputados furiosos denunciaban haber esperado hasta dos horas en el control de pasaportes. Durante el mes de mayo, los pasajeros no europeos han llegado a sufrir colas de hasta 2,5 horas, y los europeos y británicos de 40 minutos , según cifras expuestas en el parlamento.

La Policía de Fronteras ha sufrido un fuerte recorte de personal este año debido a las políticas de austeridad, pero el espectáculo tercermundista que muestran numerosos vídeos grabados por pasajeros furiosos le han obligado a contratar a personal extra y a habilitar diez equipos móviles en heathrow y Gatwick para atender picos de llegadas. Pero no parece ser suficiente, y este lunes, tras un nuevo fin de semana de colas, anunciaban una nueva medida.

Cuertos pasajeros no europeos provenientes de países considerados como seguros de la «vieja Commonwealth» –Australia, Canadá, EE.UU. o Nueva Zelanda– podrán pasar el control por una cola específica, separada de la del resto de viajeros no comunitarios.

3. Martes: caótico test en las estaciones de tren

El martes era el día elegido por National Rail y Southeastern para efectuar un ensayo en cinco estaciones clave de la red ferroviaria londinense, para poner a prueba sus planes ante la llegada de visitantes olímpicos. Y el resultado fue un coro de quejas y críticas de los viajeros habituales de las estaciones London Bridge, Cannon Street, Waterloo East, Charing Cross y Victoria.

«Es ridículo, me han mandado para atrás y para adelante, va a ser un caos en las Olimpiadas, hay demasiada gente hablando por los altavoces, demasiada confusión», explicaba Trevor Preston, ingeniero de 50 años, a « The Guardian ». Para añadir caos al caos, una avería en un tren de la línea Northern obligó a cerrar el tráfico durante ciertas horas de la mañana en el nodo de transportes que forman King's Cross, Euston y St. Pancras . Desde esta última estación salen los trenes Eurostar a París y Bruselas, y ha habido también fuertes quejas de pasajeros por la tardanza en el control de acceso.

4. Miércoles: G4S reconoce que no tiene suficientes vigilantes privados

Los organizadores lo repiten como un mantra: «Queremos que los Juegos sean un evento deportivo, no una operación de seguridad». Aspiran que, en el mejor estilo británico, la seguridad sea invisible. Pero, en estos días previos, es la obsesión, y esta semana ha dejado al país como un buen susto en el cuerpo. La compañía de seguridad privada G4S es la mayor empresa de servicios relacionados con la seguridad de las personas del mundo, con un «ejército» de más de 600.000 vigilantes en Bagdad, Kabul o Surrey, donde la compañía ha comenzado a asumir ciertas tareas externalizadas por unas fuerzas policiales sometidas a fuertes recortes.

G4S recibió un contrato de 360 millones para encargarse de la seguridad en gran parte de las 36 sedes olímpicas. Pero en diciembre , los resultados de varios ensayos de seguridad obligaron al gobierno a duplicar sus estimaciones. Según los últimos cálculos oficiales, serán necesarios 23.700 agentes vigilando las zonas olímpicas, y no los 10.000 previstos inicialmente, y el presupuesto global para la partida seguridad de los juegos será de 640 millones, frente a los 330 previstos cuando el gobierno de coalición que preside David Cameron llegó al poder, en mayo 2010.

Este miércoles, G4S reconocía a las autoridades que no podrá reclutar a tiempo un número tan alto en un plazo tan corto, incluso después de haber «tocado» a una base de datos de agentes de policía retirados. Varios han dado testimonio estos días en la prensa local de que optaron por retirarse del proceso de selección por lo que consideran una grave falta de garantías. Se calcula que el 20% de los que solicitan las plazas caen en algún punto del proceso.

5. Jueves: El gobierno moviliza de urgencia a 3.500 soldados más

En medio de una lluvia de críticas a G4S y al Gobierno, la ministra del Interior acudía este jueves al parlamento a dar unas apresuradas explicaciones tras la decisión de movilizar a 3.500 soldados más para tapar el agujero dejado por la seguridad privada. «En modo alguno la seguridad de los Juegos está comprometida, seguimos sin tener ninguna amenaza concreta contra las Olimpiadas, y los niveles de alerta no han cambiado», explicó Theresa May .

Junto a unos 10.000 agentes de policía desplegados en Londres, los Juegos supondrán la movilización de 17.000 militares, casi el doble del contingente británico en Afganistán. Unos 5.000 desempeñarán tareas especializadas, que incluyen el manejo de los elementos más disuasorios de la estrategia de seguridad: misiles tierra-tierra tipo Starstreak instalados en las azoteas de ciertos edificios del Este de Londres, el portaviones HMS Ocean , atracado en el Támesis, y los cazas tipo Typhoon que permanecerán en alerta en la cercana base de Norfolk.

Pero lo que ha generado más malestar en las filas militares es que la tarea de unos 11.000 soldados y reservistas será controlar los accesos y revisar los bolsos en las sedes olímpicas . Como consolación, la ministra anunció que hay unas 20.000 entradas para que miembros de las Fuerzas Armadas y sus familiares disfruten de fechas clave de los Juegos, como la inauguración, la clausura o la final de los 100 metros.

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