La invasión de Ucrania, Mbappé y París 2024: el deporte pasa de Emmanuel Macron

El pívot nacido en Camerún, pero con raíces galas, inició hace meses los procedimientos para recibir el pasaporte francés y liderar a la selección en los Juegos Olímpicos de París de este mismo verano. Incluso le llegó a mandar una carta personal al propio Macron.

Alegando que tenía familia francesa, que hablaba el idioma y que había pasado varias etapas de su vida en el país, Embiid aseguraba que no deseaba jugar con otra selección y que para él era «un inmenso honor» unirse al equipo francés para participar en las próximas grandes competiciones internacionales.

El talentoso pívot, incluso pedía ayuda a Macron para acelerar todo el proceso jurídico. «Agradeciéndole su atención a mi solicitud, le ruego, señor Presidente, que acepte el testimonio de mi más alta consideración». Los gracioso es que todas estas palabras se filtraron el jueves, un día después de que el jugador fuese convocado por Estados Unidos para la cita olímpica.

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Embiid, además de solicitar la nacionalidad francesa, también inició los trámites para adquirir la del país norteamericano, donde reside prácticamente todo el año, mientras compite con los Philadelphia 76ers. De hecho, ya anunció el pasado octubre que jugaría con la estadounidense para «poder ganar una medalla de oro delante de su hijo de tres años, Arthur, que nació en Estados Unidos».

De hecho, Macron ya tuvo otro contratiempo con el baloncesto hace no mucho. En verano de 2022, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, la federación francesa, por orden presidencial, obligó a sus jugadores a firmar un documento oficial en el que se comprometían a no fichar por un equipo del país eslavo para ir al Eurobasket.

Ninguno tuvo problemas en estampar sus iniciales y el equipo rozó el título en Alemania, solo frenada por una España inconmensurable, que se llevó el finalmente oro. El problema es que el polémico y talentoso base Thomas Heurtel, una vez finalizado el campeonato, fichó por el Zenit de San Petersburgo, acción que le valió un veto de por vida en sus deberes nacionales.

Pero el caso, con los Juegos a la vuelta de la esquina, ha renacido de forma inesperada. La precaria eliminación de Francia en el último Mundial y la traición de Embiid han hecho que los jugadores pidan la vuelta de Heurtel. Ya en Indonesia, Nico Batum, líder del grupo, criticó el veto al base. «Estamos perdiendo jugadores por culpa de la política». Y hace unas semanas, tras un partido con los Sixers, reconoció que echaban de menos a Heurtel en la selección.

La gran derrota de Macron tiene nombre y apellido: Kylian Mbappé. El presidente reconoció haber presionado a la estrella en 2022 para que no firmase por el Real Madrid y siguiese en el PSG. Su mediación entre el futbolista, el club parisino y el emir qatarí Tamim bin Hamad Al Thani, dueño del equipo, sí consiguió que Mbappé no abandonase el país.

Sin embargo, el jugador solo renovó por dos años y uno opcional, una cifra muy baja para un futbolista de su calibre, acostumbradas las estrellas a comprometerse durante cinco o seis años. De hecho, Mbappé abandonará este verano el PSG y todo hace indicar que ahora sí recalará en el Santiago Bernabéu.