El Real Madrid, en la boca de la mina

El Llano es una zona donde los sucesos no suelen brillar por su protagonismo. Con su suelo contaminado por los metales de las minas de los alrededores, apenas existe campo agrícola por los restos mineros de galena y otros metales que dieron riqueza décadas atrás. «Es una oportunidad de dar a conocer la zona, de que la gente sepa el origen del nombre, de lo que ha vivido esta comarca», comenta Popy mientras se cambia antes del entrenamiento en una cabina prefabricada de apenas 10 metros cuadrados que comparte con sus ayudantes en el Ángel Celdrán, su campo y que no cumple los requisitos de la competición. De ahí esos veinte kilómetros que separan el Cartagonova de su estadio municipal habitual.

Lo de Popy y su club es una historia de amor forjada a hierro entre calamidades y aspiraciones de crecimiento. «Llevo en el club varios años, viéndole crecer desde Preferente, y ahora estamos en una situación para saborear a la que nos ha costado mucho llegar; en Segunda RFEF, peleando arriba y en boca de todos por la Copa del Rey, pero no hay que olvidar de dónde venimos», asegura un técnico que compatibiliza su posición en el club con las guardias como policía local en el Ayuntamiento de Los Alcázares. «Tengo la fortuna de que los jefes y los compañeros me ayudan mucho; me cambian servicios para poder asistir a los partidos y a los entrenamientos. Se lo agradezco muchísimo». Mientras explica: «Muchas veces llego a entrenar tras dormir apenas dos horas; acabo a las seis de la mañana la guardia y antes de las nueve estamos preparando las sesiones».

Encuentra semejanzas entre ambas profesiones considerando que «el trato es clave; ya sea con los jugadores en el campo o con los ciudadanos cuando patrullo. El respeto y la mano izquierda son fundamentales; hay que mostrar autoridad, pero también cercanía, aunque sin olvidar que hay que marcar territorio en muchas ocasiones».

Junto a él aparecen Chori y Colina, sus dos ayudantes. El primero, carpintero a turnos en una empresa, es su segundo y mano derecha. Controla datos y estadísticas, incluso el peso de los jugadores cuando pasan por la báscula todos los miércoles en un pequeño cubículo donde se improvisa, cruzada por la falta de espacio, una camilla para que el fisio –que asiste un par de días por semana– trate a los lesionados.

«Sé que es imposible, pero realmente nos gustaría jugar aquí, en el Ángel Celdrán, y que viera todo el mundo la diferencia existente entre la élite y el fútbol de barro. Los equipos grandes del Grupo IV, donde hay varios filiales con todos los recursos posibles, lo notan cuando llegan», insiste Popy en sus comentarios, aunque entiende que lo que van a vivir va a ser «una fiesta del fútbol para todos y la posibilidad de arreglar económicamente la temporada y parte de la siguiente».

Manejar la repercusión mediática del choque es algo con lo que ha tenido que lidiar el cuerpo técnico de un equipo que, siendo nuevo en la categoría, ha llegado a liderar la clasificación: «Algo de daño nos ha hecho la Copa en estos últimos partidos a nivel físico, pero he tenido prohibido hablar del Real Madrid hasta el final. Ahora entiendo que se hable, pero no nos podíamos descentrar de nuestro objetivo en liga», señala el técnico que sabe que «todo va a ser una fiesta; para el club, la afición y los jugadores. Ya lo fue en la anterior ronda, pero este tendrá aún mucha más repercusión». Realista ante el duelo no duda en reconocer que pasar de ronda «sería un milagro». «Pero no vamos a dejar de competir, como hicimos ante el Alavés, que salieron con todos y mira lo que logramos». Sabe que una vez fueron el Alcorcón o Toledo los que hicieron de matagigantes –ambos estaban una categoría por encima de los mineros– pero no habrá temor. «Realmente me da igual quiénes jueguen ese día, si suplentes o titulares, aunque preferiría que lo hicieran los titulares, pese a que tienen muchos partidos encima. Nos separa mucha distancia, pero nosotros vamos a competir como venimos haciendo desde el debut en Copa de Tudela, donde ya demostramos que íbamos en serio».

De momento, han conseguido que el Cartagonova vaya a recibir por primera en su historia en partido oficial la visita del Real Madrid: «Nos sentimos afortunados de haber sido por nosotros, de ser capaces de llegar a donde no imaginábamos, por eso, no se lo vamos a poner fácil, queremos que se acuerden de que este partido no sea uno más, que sea para nosotros historia y para ellos una dificultad», sentencia Popy.