El cuidado del césped de la Cartuja, una responsabilidad compartida

Tras algunas quejas vertidas en el primer tiempo en diversos medios de comunicación, fue el propio seleccionador nacional quien abrió el debate público sobre el terreno de juego sevillano que aún sigue dando que hablar: «Los jugadores se me han quejado en el vestuario», comentó Luis Enrique , que reflejó su amarga insatisfacción con el cuidado del campo hispalense para la puesta de largo del conjunto español, aunque no quiso detenerse en señalar a responsables directos: «El césped no me ha convencido para nada. Cuando ves que a tus jugadores de más calidad les cuesta controlar el balón, te das cuenta de lo que pasa. Para ganar a un equipo como Suecia necesitas circular el balón rápido, no perder ese segundo en el control para que no lleguen a las basculaciones... Me han dicho que está así por culpa de las altas temperaturas, pero también me han dicho que de cara al sábado estará mejor», afirmó en la rueda de prensa posterior al partido contra el combinado sueco. Después de esto, una circunstancia curiosa es que España ni siquiera va a entrenarse el viernes en el estadio de la Cartuja , en la previa del duelo ante Polonia, sino que lo hará en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

Incluso Elías Bendodo , portavoz del Gobierno andaluz, fue cuestionado ayer por las deficiencias de la hierba natural cartujana. Y contestó lo siguiente: «Si se hubiera metido un gol hoy, no se estaría hablando de esta situación. Andalucía se ha volcado con la Eurocopa y la cuestión del césped es para aquellos que sepan de esto», señaló el dirigente, sin entrar en más detalles. Pedri , por su parte, también habló de la superficie cartujana: «No es excusa. No hemos empatado por él, pero no estaba en las mejores condiciones. Espero que para el siguiente partido esté mejor y podamos hacer nuestro juego más tranquilos», reclamó.

En el Reglamento de la Campeonato de Europa de fútbol de la UEFA, en el capítulo cuatro, artículo 32, al que ha tenido acceso este periódico, concerniente a todas las reglas que deben asumir los campos durante la Eurocopa, se habla en inglés de que «la asociación anfitriona debe hacer todos los esfuerzos razonables para garantizar que la cancha esté en las mejores condiciones posibles para el juego», y en el caso de España, según estos estatutos aprobados por el Comité Ejecutivo de la UEFA, la competencia directa obedece a la Federación Española de Fútbol.

Llegados a este punto, fue precisamente la RFEF quien publicó un texto en su web comentando el entrenamiento de España en las previas del duelo ante Suecia en el que se destacaba lo siguiente: «Futbolistas y cuerpo técnico han podido comprobar las magníficas condiciones del terreno de juego del coliseo hispalense , espectacularmente tematizado para albergar cuatro partidos de la fase final organizada por UEFA». Asimismo, la Junta de Andalucía prefiere mantenerse al margen de una situación delicada después de ver que se pretende trasladar, desde muchos puntos de vista, que el resultado de la selección en su primer embate se debe exclusivamente a las circunstancias del campo, quemado en su superficie por los efectos que supone tener el césped al descubierto durante el mes de junio en Sevilla.

«Si las condiciones climáticas así lo requieren», continúa el citado reglamento, en un segundo y tercer punto que deben leerse con atención, «se deben proporcionar instalaciones tales como calefacción de la cancha y cubierta de la cancha para garantizar que el terreno de juego pueda estar disponible en condiciones adecuadas en cualquier fecha del partido. La administración de la UEFA o un tercero autorizado por la UEFA puede realizar inspecciones del campo en cualquier momento antes y durante la competición para comprobar si el campo está en condiciones adecuadas para albergar partidos de la competición», se subraya, por lo que si el organismo que dirige Luis Rubiales no lograse mejorar el rendimiento del césped cartujano antes del duelo frente a Polonia que se jugará el sábado a las 21.00, la UEFA tiene potestad para tomar cartas en el asunto, poner el césped a punto y eliminar la polémica.