Ni española ni catalana: La bandera con la que Lamine Yamal celebró sobre el campo la Eurocopa

Este último, además, vuelve de Alemania con múltiples récords, como el del jugador más joven en disputar una final. Lamine, nacido en Cataluña y con padres de origen marroquí y guineano, cumplió los 17 años dos días antes de jugar el partido de ayer contra Inglaterra. Durante el 'match' volvió a demostrar su garra y talento y por ello ganó, además del título colectivo, el premio al mejor jugador joven del campeonato.

Con su perfil, era inevitable que todas las miradas se fijaran en Lamine. Su complicidad y sus bailoteos con Williams, su celebración como un niño alucinando por estar allí y la presencia sobre el césped de su familia, y en especial el momentazo con su hermano pequeño Keyne, fueron algunas de las imágenes que deja la final de este 'crack'. Pero hubo más.

Y es que, como es habitual, una vez se acaba el partido los ganadores suelen arreglarse para la ocasión, con camisetas conmemorativas para la ocasión, bufandas para corear al viento los lemas de la noche y banderas para que los orígenes estén presentes en la celebración. Así, en el Estadio Olímpico de Berlín se vieron, por ejemplo, a Ferran Torres con la bandera valenciana o a Fabián, con la andaluza.

Durante esos momentos de euforia, Lamine Yamal también se ató una bandera a la cintura. No era ni la española ni la catalana ni ninguna que homenajeará sus raíces marroquíes o guineanas. Se trataba de una bandera azul marino con una cruz roja que luego se supo que era la de Mataró, el municipio de la costa catalana en la que ha crecido.

El alcalde del municipio, el socialista David Bote, fue uno de los encargados de desvelar en redes el motivo de su bandera. «Gracias por llevar Mataró al mundo», espetó en una publicación en X, anterior Twitter. Otros usuarios de esta red también se apresuraron a desmentir que la bandera tuviera que ver con algún grupo de aficionados del Barça.

Yamal siempre se ha mostrado orgulloso de su municipio y tras ganar la Eurocopa quiso tener este detalle con Mataró. De hecho, el barrio en el que se crio, Rocafonda, es muy protagonista cada vez que marca un gol ya que el catalán se ha acostumbrado a celebrarlo haciendo con las manos el símbolo del 304, que es el fin del código postal de allí.