Mayoría croata en las calles de Copenhague

Anoche, previa del partido, las camisetas ajedrezadas copaban todo el centro de la ciudad, desde el bulevar Hans Cristian Andersen hasta las calles peatonales que salen de la Rashuspladsen. Suyo era también el ambiente nocturno en Vesterbrogade, por más que los escasos grupos de hinchas españoles intentarán igualarles en ruido.

Por supuesto, también los alrededores del Parken Stadion aparecían teñidas con los colores rojo y blanco de Croacia, pese a que su selección vestirá hoy de azul (España lo hará de blanco).

«¿Cuántos sois los españoles? ¿46 millones? ¿Dónde están?», decía un aficionado croata presumiendo, una vez más del inmenso apoyo a la actual subcampeona del mundo de los 4 millones de habitantes del país balcánico.

El respeto y el hermanamiento entre ambas aficiones fue absoluto en ese encuentro por los bares y las calles previo al partido. También con la población local, que vive de lleno esta Eurocopa, y más tras la clasificación de Dinamarca para los cuartos de final. Son muchísimas las banderas del país nórdico que aparecen colgadas en balcones o colocadas con mimo en las verjas de los inmensos parques que dan lustre a la ciudad.

El partido, además, ha coincidido con el Studenterkorsel, un día festivo en el que los estudiantes celebran el fin de la preparatoria recorriendo las calles en camión y ataviados con un gorro blanco de graduación mientras beben y bailan.

Ambiente excelente también entre las dos delegaciones, que coincidieron en el campo entre los entrenamientos de ambas selecciones. Davor Suker , presidente de la Federación croata, compartió unos minutos con Luis Rubiales, su homólogo en la española antes de saludar de forma muy afectuosa a Luis Enrique.

España sale por primera vez del estadio de La Cartuja, y en el Parken Stadion se encontró un césped muy distinto al del coliseo sevillano: más alto, más mullido y mucho más fresco, pese a que las temperaturas en Copenhague son primaverales. Para la hora del partido se esperan 23 grados.