De la selección a Tercera división en dos años

Hace poco más de dos años que Michu estaba en la cresta de la ola. Había completado con el Swansea su mejor temporada, anotando 18 goles y apareciendo en el once ideal de varias jornadas de la Premier. En las ruedas de prensa de Vicente del Bosque era habitual que se le preguntara por este espigado goleador (el puesto de delantero en la selección española no ha dejado de ser objeto de debate bajo la hégira del seleccionador salmantino). En octubre de 2013 por fin fue convocado y debutó frente a Bielorrusia. Realizó un partido discreto y ya no volvió a vestir la elástica roja. Holló la cumbre de su carrera e inició el descenso sin apenas tiempo para ver el paisaje bajo sus pies.

Michu empezó a andar en las categorías inferiores del Real Oviedo , y en la temporada 2003-04 debutó con el primer equipo, con el que consiguió ascender a Segunda B. En 2006-07 firmó por el Celta, donde se fogueó en el filial antes de disputar con los celestes un centenar de partidos en cuatro campañas.

En 2011 fichó por el Rayo. Fue su puesta de largo en Primera, el comienzo de su etapa más fructífera. Sus 15 goles no pasaron desapercibidos en la Premier, donde tienen el dinero por castigo. El Swansea le tentó y en su primer curso en el conjunto galés conquistó la Capital One Cup ; en el segundo disputó la Europa League. Su valor subió hasta los 42 millones de euros. Del Bosque se fijó en él. La vida le sonreía.

En 2014 fue cedido al Nápoles, entrenado entonces por Rafa Benítez, con el que ganó la Supercopa italiana. En noviembre una grave lesión de tobillo le hizo descarrilar. Consciente de que no podría competir con los grandes, fue cabal y rechazó ofertas. Se encontraba desde hace meses entrenando, con permiso del Swansea, en Langreo. El 4 de enero, cuando se abra el mercado de invierno, comenzará de forma oficial su aventura en Tercera división, el primer paso para tomar impulso y relanzar su carrera.