Granada no fue Tenerife para el Barça

Y lo empezó siendo porque en el minuto 7 el Madrid se adelantaba en Riazor y el Barça, pese a su intensa producción ofensiva, no conseguía marcar en Los Cármenes . El Granada era incapaz de ligar tres pases seguidos pero los de Luis Enrique no lograban concretar su superioridad. Hasta que en el minuto 21, Suárez empezó a deconstruir el sueño blanco con un clásico gol de delantero centro que coronaba una excelente jugada de su equipo.

En los minutos siguientes, aunque el partido entró en su fase más vulgar, el Barcelona practicaba sin prisas su fútbol control, y el Granada no daba el menor indicio de ningún espíritu de remontada. Tras unos minutos blanca, la Liga parecía teñirse irreversiblemente de azulgrana. Y por si alguna duda quedaba, en el minuto 37, otra vez Suárez remató a gol un formidable centro de Alves. Granada no era Tenerife y en el palco de Riazor , Florentino consultaba su iPhone y decía, en voz baja: «el segundo». A pesar de que lo último que se pierde es la esperanza, y es comprensible que la afición merengona la propagara durante toda la semana, era muy difícil que el Barça tirara una Liga en tan favorables circunstancias.

El partido llegó al descanso con el Barcelona campeón y con la sensación de que sólo un hechizo diabólico podría apearle de tal condición.

La reanudación no tuvo ningún misterio y los virtuales campeones desplegaron con comodidad su juego, desaprovechando una ingente cantidad de clarísimas ocasiones. Minutos apacibles, control total de los visitantes, y con un Granada que asumía sus limitaciones y luchaba mucho más para evitar la goleada que para conseguir el remotísimo empate. Y en cualquier caso, le salía espantosamente mal cualquier ataque que intentaba . Es cierto que no se jugaban nada, y que era el final de la temporada, y que los chicos tenían derecho a estar cansados, pero la impresión que dieron fue lamentable.

Sólo en el minuto 12, Fran Rico inquietó a Ter Stegen rematando para el lucimiento del portero alemán, la única jugada interesante de su equipo. De todo lo que iba desperdiciando el Barça, cabe destacar un buen disparo a bocajarro de Neymar, en el 14, correspondido por una parada todavía mejor del portero local Fernández.

Los de Luis Enrique estaban a 25 minutos de ganar la Liga, pero poco a poco el Granada incrementaba su producción ofensiva y un gol podía meterle en el partido; no se percibía nada especial en el ambiente, pero en el intercambio de golpes, cuando desaparece el medio del campo, puedes tener cualquier sobresalto . Iniesta quería dormir el partido pero Messi no le dejaba: o César o nada. Era temerario, sí, pero se agradece que haya jugadores que nunca pierdan de vista que el fútbol es, sobre todo, un espectáculo.

En el minuto 26, Cuenca continuó jugando con Suárez en el suelo, y cuando la jugada terminó, sus excompañeros corrieron en tromba hacia él para reprocharle el feo gesto, no tanto por lo feo que fue, sino por su condición de excompañero. Más que enfadados, parecían estar decepcionados. Es entrañable que el fútbol tenga estos momentos nostálgicos, aunque hay que saber administrarlos, porque la bronca que se organizó fue considerable, y los ánimos de dispararon más allá de lo deseable.

Con la Liga salvada, al Barça le queda la Copa para darle algún sentido a este incomprensible final de temporada. Ganar Liga y Copa supondría un doblete nada despreciable, sabiendo lo traicionera que es la Champions, pero sabe inevitablemente a poco para un equipo que hasta principios de marzo parecía que podía zamparse el mundo de un solo bocado. Como colofón, Suárez consiguió en el 41 su tercer gol y el tercero de su equipo. Indiscutible Pichichi el uruguayo , sin más historia el Barcelona se hizo con la sexta Liga en las ocho últimas temporadas.

El desenlace de esta temporada de la Liga BBVA tiene como uno de los escenarios principales el estadio Nuevo Los Cármenes de Granada, en el que se prevé llenazo pese al elevado precio de las entradas. Esta tarde se enfrentan a las 17 horas el Barcelona que llega como líder y busca conquistar su vigésimo cuarto título liguero, y el conjunto andaluz, que no se juega «nada» tras haberse asegurado la permanencia matemática con su contundente victoria en Sevilla (1-4). Luis Enrique se lleva a toda la plantilla a la ciudad andaluza para hacer piña antes de esta «final».

Los azulgranas visitan Granada con el objetivo de sentenciar el campeonato, pero a buen seguro que tendrán un ojo pendiente de lo que ocurra en Coruña. El Madrid está a solo un punto y tratará de ponerle las cosas difíciles a los de Luis Enrique . El técnico culé, en rueda de prensa, quiso que sus jugadores estén centrados en el encuentro que disputan: «Solo hay un partido: el de Granada. Si no somos capaces de ganar, habrá que mirar al otro lado, pero hasta que no pite el árbitro en el minuto 95, no me interesa nada más».

El Barcelona peleará hoy una Liga que hace dos meses tenía prácticamente en su bolsillo, cuando llegó a alcanzar una diferencia de 8 puntos sobre el Atlético de Madrid y 12 sobre el equipo madridista. No obstante, el Granada llega con la tensión liberada y la tranquilidad que otorga el saber que será equipo de Primera División otra temporada más. Aunque sumar puestos siempre puede traer una mejor recompensa económica en los derechos televisivos del próximo año. De este modo, el conjunto andaluz suma su sexta temporada consecutiva en la máxima categoría del fútbol español.

Ambos equipos saldrán con todo . Con todo lo disponible, claro. El Granada llega con las bajas del ariete Success y del central Diego Mainz , jugador que se despide después de siete temporadas en el conjunto granadino. Por ello, el entrenador del equipo rojiblanco, José González , no llevará a cabo ninguna rotación. La única duda que tiene es si podrá alinear al defensa Biraghi , que arrastra molestias en un tobillo. En su lugar parece que entrará Lombán en caso de que no se recupere. Por su parte, el Barcelona alineará su once de gala y solo tocará la portería: Ter Stegen por Claudio Bravo , que sigue lesionado.

Una de las claves del encuentro será que los delanteros del club culé estén finos de cara a portería. No obstante, el equipo que dirige el asturiano llega con un Luis Suárez en pleno estado de forma y ha anotado 11 de los últimos 21 goles logrados por el Barcelona en los últimos cuatro partidos. El uruguayo además aventaja en cuatro dianas a Cristiano Ronaldo como máximo goleador de la Liga BBVA y aspira a conseguir la Bota de Oro esta temporada.

Curiosamente, se enfrentan los dos equipos que más tantos han sumado en las últimas jornadas, por lo que se espera un partido bastante ofensivo. En cualquier caso, las estadísticas están del lado azulgrana que nunca ha dejado escapar una Liga en la que llegara como líder al último encuentro del calendario. Aunque las apuestas dan como claro favorito al Barcelona, habrá que esperar. El fútbol siempre es imprevisible.