Exfutbolistas de élite en los banquillos: más formados, pero éxito dispar

Desde hace un par de años atrás a hoy, los banquillos de muchos de los mejores equipos de Europa están ocupándose por futbolistas que han marcado el paso en estas dos primeras décadas del siglo XX. Su perfil es muy similar: jugadores de reconocido prestigio, con las vitrinas llenas de títulos , experiencias de máximo nivel en el fútbol moderno, conocimientos de varios idiomas y ambición y ganas de extender su liderazgo sobre el verde a los banquillos. A priori, la ensalada tiene todos los ingredientes para que salga buena, pero no siempre es así.

«Está claro que hablamos de profesionales con una especial sensibilidad por el fútbol, pero es muy importante la formación. Si han logrado tener una formación valiosa, independientemente de los resultados que consigan en sus primeras experiencias, podrán implementar su sello y este acabará siendo influyente en los resultados, porque de lo contrario dependerán del potencial de los equipos que tengan», explica Lucas Alcaraz , uno de los técnicos españoles con más partidos a sus espaldas.

Gerrard, Lampard, Raúl, Xavi, Xabi Alonso, Pirlo, Arteta, Soljskaer, Henry o Shevchenko son algunos de los mitos del fútbol reciente que ya han comenzado su andadura en los banquillos. Por delante, un camino largo donde deberán aprender más pronto que tarde que la oficina de trabajo es la misma, pero las funciones bastante distintas: «Para mantenerse en el tiempo como entrenador , más allá de haber sido un gran jugador, uno se debe formar como entrenador, porque ser entrenador es un oficio distinto. Haber sido un gran jugador te da ciertas ventajas: la experiencia vivida bajo el manto de técnicos de alto nivel, algo clave para la gestión del vestuario; visibilidad; y acceso a primera oportunidades, algo que suele ser complicado para muchos entrenadores, pero luego hay otra parte del oficio que deben aprender», detalla Alcaraz.

El técnico andaluz ha trabajado en todos los escalafones que lo puede hacer un entrenador. Ha dirigido en Primera, Segunda, Segunda B, Tercera, Preferente, juveniles, cadetes, alevines , selecciones provinciales, autonómicas y nacionales. En su época, sacarse los tres niveles del curso de entrenador conllevaba tres años de docencia y otros tres de prácticas. Estos plazos son hoy infinitamente más bajos, y eso ayuda a ese boom de exfutbolistas de élite en los banquillos: «Si facilitas el camino es más sencillo llegar pronto a la élite, pero entiendo que sus méritos como futbolistas están más que acreditados».

Lo que sí es evidente es que el pasado no garantiza el éxito. Hay entrenadores, como Jurgen Klopp , de carrera invisible como futbolista, pero brillante como entrenador. Y esto también sucede a la inversa. Ahí está Lampard, de mito del Chelsea a durar seis meses en el banquillo de Stamford Bridge. O a Pirlo, uno de los mejores futbolistas de la historia de Italia, ser el primer técnico de la Juventus que no gana la Liga desde 2012. En estos casos, administrar con madurez las emociones es clave: «Por muy bueno que se haya sido, a un jugador que solo lleva como entrenador uno o dos años le falta experiencia para asimilar la frustración de lograr los objetivos. La clave es creer en tu trabajo y acumular tablas de cara al futuro», sentencia Lucas.