Resultado España-Italia
Isco pone a España camino de Rusia
Exhibición del malagueño en la contundente victoria ante Italia de los de Lopetegui
Crónica
Piqué fue aplaudido al anunciarse las alineaciones. No como los demás, más que los demás. Inmediatamente después, la megafonía reprodujo las inmortales notas de Paquito el Chocolatero. El Bernabéu estaba distinto. Rojo, lleno de banderas de España que se agitaban al ritmo de tan popular ... pieza. Diría que incluso estaba bonito, dicho sea esto sin ánimo de provocar.
Sonaron los himnos. Ardor italiano y una emoción distinta en los bellos ojos adriáticos de Verratti. Seriedad española, con vibración de destino en Asensio , que semanas antes jugó este mismo partido en categoría sub21.
En cuanto comenzó el partido quedó aclarado lo de Piqué: pitidos de algunos que corregían los aplausos de otros . Con los minutos se fueron imponiendo los que silbaban, y con el buen fútbol se les pasó.
España jugaba con Silva de falso nueve. Se ha rapado y su aspecto es un poco más patibulario, pero no llega como para disputarle balones largos a Bonucci.
Italia salía con un 4-4-2, sobre la buena pareja Verratti-De Rossi. Muchas veces su soledad tomaba forma de 4-2-4. El primer recurso «azzurro» fue que el pequeño Insigne bajara a recoger la pelota a zona de lateral. Como resultado, todo parecía demasiado individual.
El falso nueve
En España flotaba Silva, pero debía llegar un medio. La primera ruptura fue Asensio. Iniesta desveló un pasillo con un pase interior para la gran zancada del mallorquín, que exigió a Bonucci. Fue la falta del gol de Isco: un balón bien elevado sobre la barrera, pero sin excesiva orientación. Buffon pudo hacer más. Buffon está ya un poco «Casiglias». Estuvo muy mal con el pie todo el partido. Nervioso.
Italia se vino arriba. Un poco por fútbol y orgullo, y otro poco por la contemplación de una España poco presionante. Belotti remató de cabeza a la antigua y tuvo que parar De Gea.
Hubo unos minutos para Italia corroborados por la ola en la grada, certificado de fútbol anodino.
Italia tenía un problema en la izquierda. Spinazzola se equivocaba en la marca, se iba a por Isco al hombre, dejaba huecos asombrosos e Insigne le ayudaba poco. Por ahí retornó España. Carvajal se plantó en el área, pero sin 9 a quien centrar en un equipo desdentado. También Koke, que metió un balón para remate de Piqué.
Un gran Koke
Koke hizo un gran partido. Ayudaba a Busquets en el centro y cubría mucha banda derecha. Él solito jugaba dos esquemas: 4-2-3-1 y 4-1-4-1. Atentísimo y preocupado siempre por la defensa.Italia molestó unos minutos más con la movilidad de Candreva e Insigne en las bandas y un peligroso Belotti (bello duelo en el área con Ramos).
El juego de España era un toque de control. Pocas llegadas. Ese pasillo inaugurado por Asensio pudo recorrerlo Iniesta minutos después, sin potencia. España tocaba, era un juego un poco tántrico. Italia era más vertical, España, algo esponjosa, comenzó a contragolpear con Asensio. El estadio se volvía loco.
Pero fue Isco el que terminó de llevarse la noche. España era un buen conjunto, pero no excesivamente superior a Italia hasta que Intervino un talento superior. Isco se preparó el espacio para un chut lejano y zurdo que ajustó completamente al palo. Buffon no llegó ni ocularmente. A partir de ahí hubo unos minutos de euforia. En el 42 ocurrió algo extraño: sonaban a la vez olés a España y pitos a Piqué.
El partido se fue al descanso con el Bernabéu cantando el Isco, Isco. (Nota de ambiente: Despacito sonó tres veces). El partido se reanudó con otra buena parada de De Gea. A Lopetegui se le va conformando el once. Las actuaciones de Koke e Isco relegan definitivamente a Thiago, por ejemplo.
Italia asumió la iniciativa del juego con una España tapadita. Se diría que el ritmo era bajo, estival otra vez. Apareció Silva ahí con buenos gestos técnicos que hicieron chirriar los esqueletos defensivos.
España tenía algo bonito: sobre la base experta y quieta de Busquets e Iniesta se proyectaba el juego ya más vivo de Isco y Asensio. Se iba amalgamando un entendimiento. Gramáticas parecidas «barçamadrid».
Entró Villa por aclamación
España tuvo minutos de toque hipnótico. Un brainstorming de pases. Italia rozaba el hocicar taurino ¡Renovación filosófica del toque! Isco dejó desolado a Verratti . La ruleta de Isco por fin puede ser hegemónica. Italia vio nacer la leyenda de «Il due» y ahora ve la del «veintidue». Este partido es una consagración definitiva con España de Isco. El toque español, esa estructura multiforme y blanda, integró su ruleta, su ir y venir, su girar. Isco se puso en el centro mismo del juego español.
Se retiró Iniesta con otra ovación vibrante y unánime del estadio. Con Morata ya había un punta de fuga para las contras. Así llegó su gol, el tercero. Lo que no esperaba nadie es que el lanzador de su carrera iba a ser Ramos, que acompañó su carrera y le dio el pase final.
Se fue Asensio, y entró Saúl, su par sub-21. España no solo asegura su clasificación, se dibuja para el Mundial y muda de generación.
El Bernabéu (público muy de selección) comenzó a pedir a Villa . Y Lopetegui escuchó e inmediatamente lo puso a calentar. Eso no es populismo, eso es un míster vivo y sensible.
Entró Villa por Isco y pasó algo perfecto. España ya era otra pero con un homenaje dentro a la anterior.
Esa transición lenta que se rumió durante los últimos años de Del Bosque descapulló en el Bernabéu. Se culminó.
Tras acabar el partido, el niño de Piqué, vestido con la camiseta roja como un diminuto Camacho, jugaba a la pelota en el césped del Bernabéu.
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