Vitolo y Morata alivian al Atlético

El partido comenzó con Gil Manzano en el campo y Diego Costa en el banquillo. Todo tranquilo, por tanto. También se inició con frío y poco ambiente, aunque para cuando acabó la sobremesa el Wanda ya presentaba un ambiente aceptable. Dolido en su orgullo, el Atlético se empeñó en que nadie les echara en cara tirar a la papelera la primera parte y puso el turbo desde el principio. Fue un arranque esperanzador con tres llegadas amenazadoras en apenas cinco minutos. Se notaba que los de Simeone querían atacar, hacer daño al rival. Había velocidad, pero faltaba rumbo.

Morata tenía la más clara del inicio al quedarse solo delante de Diego López tras una maravillosa pared con Vitolo, pero su cuchara con el exterior se marchó fuera.

La entrada del canario en el once supuso una bocanada de aire fresco para el espeso ataque rojiblanco. Se movió con soltura por las dos bandas e hizo méritos para mantenerse en el once.

Machín ha vuelto a apoyarse en su inquebrantable fe en la defensa con tres centrales para dar compostura al Espanyol. Como resultado, los pericos dejaban hacer al Atlético hasta la zona de tres cuartos, y a partir de ahí se protegían con solvencia. Eso para el Atlético es letal, porque con el balón en los pies se quedan sin ideas y empiezan a sumar imprecisiones. En una de ellas llegó el gol del Espanyol. Víctor Sánchez le robó la cartera a Koke tras un pase arriesgado de Thomas y asistió a Darder, que finalizó la jugada con un descomunal zapatazo imposible hasta para Oblak .

El gol provocó un incensante murmullo en la grada y pitos aislados desde varios sectores. El runrún continuó hasta el empate, que llegó en la última jugada de la primera mitad. Fue un gol con misterio máximo. Un gol dilatado en el tiempo. Un gol, en definitiva, a expensas de lo que dijera el VAR. Thomas puso un balón en profundidad a Morata, que recibió en posición correcta y lanZó un centro-chut que acabó metiendo en la red Correa. Solo entonces levantó la bandera el asistente decretando fuera de juego al inicio de la jugada, una decisión que tuvo que corregir la tecnología. Tras unos minutos eternos, los jugadores del Atlético lo celebraron ya camino del vestuario.

El tanto hizo salir al Atlético a la reanudación con otra cara. El VAR entró en escena de nuevo por un posible penalti de David López a Felipe. Gil Manzano acabó pitando falta del central brasileño tras revisar la jugada en el monitor. La decisión del árbitro envalentonó aún más al Atlético, que se lanzó de frente hacia la portería rival.

Morata hacía el segundo y marcaba por sexto partido consecutivo tras aprovechar un balón en profundidad enviado por Vitolo, aguantando la tarascada de Bernardo y colocando el balón lejos del alcance de Diego López.

El cambio más importante del Atlético se vio entonces, ya con la remontada consumada. Lejos de echarse hacia atrás, nadar y guardar la ropa y renunciar el ataque, el Atlético siguió apretando al Espanyol como si quedara trabajo por hacer.

Los cambios del Atlético esta vez llegaron más tarde. El primero fue Vitolo , que se marchó ovacionado a la vez que se pitaba su sustitución. Más de lo mismo en la segunda sustitución: Diego Costa por Morata . De nuevo se encendió el Metropolitano. Sin los dos mejores sobre el campo languideció el encuentro hasta que el árbitro anuló el segundo del Espanyol por una falta previa al cabezazo de David López. Después, Koke anotó el tercero del Atlético a la contra aen la prolongación de un partido que deja al Atlético con casi las mismas dudas que antes, pero a tiro de piedra de Madrid y Barça. Un lujo en estas condiciones.