Inquietud con Luis Enrique

El técnico del Barcelona sigue sin querer pronunciarse sobre su futuro. Tiene firmado un año más de contrato, pero no quiere aclarar si lo cumplirá o no. Las especulaciones son cada vez mayores, rumores a los que da pie el entrenador con este ataque de orgullo. «A los socios no les interesa mi futuro, les interesa ganar títulos», repite para justificarse. Y no parece Luis Enrique uno de esos entrenadores que bajen la guardia en la sala de prensa. No desvelará nada hasta que se juegue la final de Berlín.

En el seno de la junta directiva está empezando a crecer la inquietud. Después de la destitución de Zubizarreta, las labores de planificación han quedado en manos de una extraña comisión técnica. Cuatro hombres (Braida, Rexach, Mestre y Bordas) con los que Luis Enrique ni siquiera se ha sentado una vez para planificar la próxima temporada. «Tiene contrato y estoy seguro de que lo cumplirá», subrayaba Josep Maria Bartomeu, presidente azulgrana, en plena celebración por la Liga.

En julio, el Barcelona celebrará elecciones y el aval de la actual directiva pueden ser los títulos que se consigan en estas tres próximas semanas. Pero si Luis Enrique decidiera marcharse, la junta quedaría muy tocada de cara a los comicios. «No veo por qué no va a seguir, tiene contrato en vigor», insistía hace poco Jordi Cardoner, vicepresidente y uno de los hombres fuertes de Bartomeu.

El presidente quiere mantener la calma en público, pero no está tranquilo sobre la continuidad de Luis Enrique y lidera esta corriente de inquietud que se ha instalado en la zona noble del Camp Nou. El entorno del técnico es muy cerrado y parece que el asturiano no tiene tomada aún la decisión, aunque lo poco que se filtra apunta a que seguirá una temporada más.

Bartomeu no está tranquilo porque vivió en primera persona el enfrentamiento del técnico con Leo Messi a principios de año, durante la semana de la derrota en Anoeta que casi echa por tierra el curso para los azulgranas. El presidente se encontró un entrenador muy caliente con su estrella, a la que quería abrir un expediente disciplinario, y sacó su mejor diplomacia para impedirlo. Luis Enrique acabó dando un paso atrás por el bien común, pero no ha olvidado todo lo sucedido ni cómo Bartomeu se alineó descaradamente al lado de Messi. Además, la destitución de Zubizarreta, un personaje muy cercano al asturiano, le dejó muy tocado. Es habitual que el ex director deportivo reciba alabanzas de Luis Enrique en la sala de prensa por el trabajo realizado, cosa que no sienta nada bien en los despachos. «Lo que estamos consiguiendo es mérito de todos los que hemos participado, incluido Zubi», recalca el preparador barcelonista.

La situación comienza a ser tensa y los precedentes no apuntan a que vaya a haber un buen final. Y Bartomeu lo sabe. Después de entrenar durante tres temporadas al filial del Barcelona, Luis Enrique dio el salto directamente a la élite y firmó por la Roma. Nada más llegar ya tuvo problemas con Totti, la estrella local, una situación muy parecida a la que se dio en Barcelona con Leo Messi. Al final de su primer año en la capital italiana, decidió tirar la toalla y se fue. En el Celta también estuvo un solo curso, aunque en este caso la oferta del Barça era irrechazable. Bartomeu intenta reconducir la situación, pero el técnico podría rubricar su triplete particular.