Victoria del Getafe cuatro meses después

Gallegos y madrileños llegaron a la cita con las alarmas sonando alrededor porque ambos llevaban nueve partidos sin conseguir tres puntos de una tacada. Sin embargo, algo peor estaban los hombres de Quique Sánchez Flores, con cuatro puntos menos y rozando el descenso. Además, la situación del Getafe no es nada agradable. Es el fruto de una temporada inestable en los despachos, con asuntos como el de Pedro León, nóminas sin pagar a algunos jugadores, la salida de Cosmin Contra y Míchel Herrero al fútbol chino o lesiones graves como la de Ángel Lafita.

Con un banquillo que parecía el filial, precisamente sorprendió la suplencia de Pedro León, que, junto a Sergio Escudero y Jonathan López representaban a los miembros de la primera plantilla rodeados de chavales como Pere Milla, Emi, Alex Felip e Ivi. Las bajas de Guaita, Velázquez, Babá, el ya nombrado Lafita, Valera, Yoda y Lacen obligaron al técnico madrileño a buscar en la cantera.

Pedro León asistió desde un sitio que tal vez no le corresponde vistos los despropósitos iniciales de sus compañeros. Las imprecisiones eran constantes, con fallos básicos en controles, pases e incluso en actitud. Y el Getafe lo pagó en el primer cuarto de hora. El Celta, dormido en ataque y fallón en defensa, sacó petróleo de un saque de banda. Uno de los recogepelotas del Coliseum no estuvo fino, le dio muy rápido la pelota a un jugador del equipo gallego que aprovechó que sus rivales estaban adormilados para cederla a Charles. El brasileño no falló y batió a Jordi Codina en el único disparo de su equipo en toda la primera parte.

Los hombres de Quique Sánchez Flores reaccionaron rápido con una acción de Pablo Sarabia en el minuto 19. El canterano del Real Madrid asistió a Álvaro Vázquez, que, solo delante de Sergio, no perdonó. El empate calmó los nervios del Getafe, que pasó a dominar el partido con claridad. Pese a las imprecisiones de muchos jugadores, sobre todo de Roberto Lago, cambiado en el descanso por Sergio Escudero, el cuadro del sur de Madrid se sostuvo con el trío formado por Sarabia, Álvaro y Sammir. Entre los tres fabricaron una serie de oportunidades que pudieron desnivelar el marcador antes del descanso. Sarabia, con una falta que sacó Sergio con problemas y con un disparo desde fuera del área que rozó el poste izquierdo del guardameta gallego, fue el más insistente.

La más clara la tuvo Sammir, con un mano a mano que, de nuevo, se encargó de desbaratar Sergio. El croata, molestado por Cabral, impuso su físico, pero falló en el último momento, cuando disparó demasiado centrado hacia el sitio en el que estaba el guardameta del Celta.

En la reanudación, el Getafe salió al campo más enchufado, con más profundidad por la presencia de Escudero y con Sarabia en plan estrella. El «diez» del conjunto de Quique era casi el único con ideas, pero el empuje de su equipo se apagó. Entonces, entró Pedro León en el campo. Al murciano le bastó un saque de córner para sacar su calidad y provocar una de las jugadas clave del partido. Su rosca, endiablada, dejó a Alexis una pelota perfecta para rematarla dentro de la portería del Celta. Radoja se cruzó por el medio con una mano y evitó el tanto.

Diego Castro, uno de los jugadores más fiables de la Liga lanzando penaltis, decidió lanzarlo al estilo Panenka y la pelota rebotó mansa en el larguero para salir fuera del campo. El centrocampista gallego pagó su frivolidad. Es el precio de esos actos, que puedes acabar como un héroe o como un villano.

Pero Sarabia estaba para arreglar desaguisados. Era su día y apareció cuando el Getafe más le necesitaba. Con la colaboración de Sammir, que dio un pase de tacón genial a su compañero, remató con rabia una pelota que acabó en la red del Celta y con tres puntos para su equipo.

Por fin, después de nueve partidos, saboreó la victoria. La cara amarga se la llevó su rival, que suma y sigue sin ganar.