Pep Guardiola, sangre caliente

Su último cabreo se produjo durante un partido contra un equipo de la MSL. El de Sampedor manifestó al término del encuentro su evidente enfado con el entrenador del equipo rival, al que decidió no saludar por el comportamiento que sus pupilos habían mostrado en el terreno de juego, ofreciendo un juego excesivamente brusco para tratarse de un encuentro de pretemporada, fuera de contexto. Pero éste se trata tan solo de uno más en la larga lista que atesora la dilatada trayectoria del técnico catalán.

Otro de sus enfrentamientos más sonados se produjo con José Mourinho como antagonista. Sus batallas se convirtieron en pura rutina, sobre todo durante su estancia en el Real Madrid . Ya desde que el luso estaba en el Inter, Pep Guardiola era conocedor de que el portugués manejaba esos menesteres como pez en el agua.

Por esa razón intentó no mostrar fuego en sus ojos. «Conmigo no lo conseguirá. No entraré en su juego», señaló el catalán tras el primer encuentro de las semifinales frente al conjunto italiano. Pero era cuestión de tiempo que terminase sacando su vena inflada a la superficie. Y cuando la enseñó, lo hizo con toda la vehemencia posible.

De nuevo con las semifinales de la Champions como testigo. Esta vez con Mourinho como entrenador del Real Madrid . Guardiola explotó en la sala de prensa tras unas declaraciones del portugués en las que criticaba al por entonces técnico del Barcelona. «Es el primer entrenador del mundo que critica los aciertos de los árbitros». Recordemos que el ambiente estaba envenenado. Días antes los dos titanes del fútbol español se habían enfrentado en la final de la Copa del Rey y el aire era ácido y corrosivo.

Guardiola no se contuvo. Activaron los cables equivocados en su cerebro y produjo su cortocircuito. «En esta sala de prensa él es el puto jefe, el puto amo. Fuera de los terrenos de juego ha ganado su Champions particular». Aquellas declaraciones de Guardiola fueron el colofón final a un año cargado de polémicas. Fue la temporada del 5-0 en el Camp Nou. El año en el que provocó a Cristiano lanzando un balón por la banda cuando éste se acercó a recogerlo de la mano del entrenador. También fue el curso en el que el Barcelona llegó tarde a Pamplona en plena huelga de controladores y por la que Pep estalló tras las críticas recibidas: «Nosotros venimos de un país de ahí arriba, pequeño, llamado Cataluña. Nosotros pintamos poco en todo esto».

Mourinho logró conducir a Guardiola al borde del colapso emocional. Sin embargo, el portugués no ha sido el único capaz de hacerlo, aunque sí el más virulento. El técnico danés Solbakken, entrenador del Copenhage, también lo consiguió . Se encaró con Guardiola al término de un partido de la máxima competición europea. Éste no se quedó atrás, y a punto estuvieron de llegar a mayores.

Otros casos muy sonados fueron los enfrentamientos con jugadores como Eto'o e Ibrahimovic. Del primero, Guardiola llegó a decir que «Su salida era lo mejor que podía pasarle al equipo tras haber ganado tantos trofeos. Es una cuestión de feeling». Por su parte, con el sueco la tensión era evidente en cada entrenamiento.

Ibrahimovic nunca asumió el rol secundario que tenía que aceptar en Barcelona con el propósito de facilitar el lucimiento de Messi. Tras su salida, el delantero ofreció su visión del enfrentamiento con Pep. «Cuando entro en una habitación en la que está Guardiola, él se sale fuera. Parece que me tiene miedo. El filósofo ha roto mi ilusión por jugar en el Barcelona» . En esta ocasión Guardiola se mostró precavido en la respuesta. «Ibrahimovic es un gran delantero. Uno de los mejores del mundo», contestó el técnico, cargado de ironía.