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La F1 quiere eliminar los viernes: más emoción y menos pruebas

gran premio de australia

El CEO Stefano Domenicali entiende que los entrenamientos libres restan emoción a los grandes premios

El podio 100 de Fernando Alonso

El Aston Martin, con Fernando Alonso aston martin f1

La cultura del espectáculo que promueve desde hace años el propietario de la Fórmula 1 (Liberty Media) amenaza el formato de los viernes de los grandes premios. Stefano Domenicali, el CEO de la F1, acudió al estreno de MotoGP en Portugal y realizó unas ... declaraciones al canal luso SportTV en las que abría un replanteamiento de los fines de semana (el domingo, GP Australia, 7:00 horas): «Soy partidario de cancelar los entrenamientos libres, son de gran utilidad para los ingenieros, pero no gustan al público».

En realidad, no es que la Fórmula 1 pretenda eliminar uno de los tres días de acción de los monoplazas en cada GP, sino idear un nuevo formato que sustituya al actual. Quiere fomentar la competitividad, la incertidumbre del resultado y otorgar puntos cada vez que los coches salgan a la pista. No como sucede ahora.

En la vigente configuración de los grandes premios, las tres sesiones de entrenamientos libres (dos el viernes, una matinal el sábado) tienen un valor relativo para el público, porque los tiempos del cronómetro no reflejan normalmente el verdadero potencial de los coches.

Éste se reserva para la clasificación del sábado y la carrera del domingo. Y llevan años convertidas en banco de pruebas para los ingenieros, la profesión que domina la F1 en todas sus variedades (aeronáuticos, mecánicos, electrónicos...).

Los equipos, generalmente dirigidos por ingenieros en la figura del 'team principal', consideran vitales las sesiones de ensayos (duran una hora) para la puesta a punto de los bólidos y para trabajar las estrategias con los diferentes juegos de neumáticos a los que tienen acceso por carrera (13, dos de color plata -duros-, tres amarillos -medios- y ocho rojos -blandos-).

Pero para el aficionado asistente a los circuitos o seguidor en la distancia suponen otra cosa: muchos momentos de inactividad en el asfalto, pilotos esperando su turno para salir a la pista después de las deliberaciones y las pruebas, interrupciones que no se terminan de entender y mucho secretismo en las estrategias naturales y legítimas de los equipos. No hay ningún premio en juego, son pruebas de laboratorio.

El actual modelo resta incertidumbre a las carreras, porque las escuderías tienen tiempo en tres horas de tres sesiones para adaptar su coche a los circuitos y mejorar sus prestaciones. Hay poco margen para el error.

La introducción de las carreras al esprint (mini-carreras de 100 kilómetros los sábados que otorgan puntos y definen la parrilla del domingo) generó más movimiento en el fin de semana, otra incertidumbre y provocó algún fallo más en las escuderías. En teoría, más igualdad, por más que en 2022 el gobierno de Verstappen fuese insultante.

«En un fin de semana normal, cada sesión debería otorgar puntos, o hacer vueltas de clasificación individuales, o una clasificación para una carrera diferente y más corta el sábado, en lugar de los terceros libres, quizás con el mecanismo de la parrilla invertida», apuntó ya hace un año Domenicali en el Corriere della Sera.

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