fórmula 1
La FIA devuelve a Fernando Alonso su podio número 100
gran premio de arabia saudí
La apelación de Aston Martin hizo efecto con siete vídeos y el asturiano recupera el tercer puesto tras el error del mecánico del gato. Chispas en el recital de Red Bull, con 'Checo' Pérez y Verstappen al frente
Clasificación de la carrera

La segunda cita del Mundial de Fórmula 1 había dejado una sensación mezclada de chasco y satisfacción por el nivel mostrado por Fernando Alonso a bordo del Aston Martin en el explosivo circuito de Jeddah. Primero fue la alegría por la estupenda prestación en la pista, más tarde el planchazo por el castigo que recibió el español a cuenta de un error del mecánico con el gato en la única parada que realizó en boxes y finalmente el retorno al podio número 100 por la apelación de Aston Martin al presentar siete vídeos de casos similares que no fueron castigados. Doy, quito, pongo... Un sinsentido de la FIA, uno más en su larga trayectoria de pésimos arbitrajes a la conclusión de las carreras.
Un vuelco monumental en apenas unos minutos después de la percepción de solvencia del Aston Martin en manos de Fernando Alonso. El asturiano perdió (y luego recuperó) el premio mayor que enlazaba con otro podio en la segunda carrera del Mundial 2023 en un recital gigantesco de Red Bull, que juega la Champions League frente a las ligas domésticas de los demás.
Al cumplir una sanción de cinco segundos, el mecánico de Aston Martin portador del gato trasero tocó el coche y arruinó la tarde para el equipo británico y para Alonso. Otros diez segundos de penalización derivaron en un estropicio inesperado: George Russell escaló a la tercera plaza y el español cayó a la cuarta posición. Luego, en la medianoche, el español recuperó su conquista gracias a la rápida apelación de Aston Martin.
Hubo doblete de los bólidos energéticos, con cambio de posiciones respecto a la supremacía habitual. 'Checo' Pérez se impuso en Arabia Saudí con Verstappen segundo en una remontada colosal. Alonso había capturado su podio número 100 antes de la sanción, cifra que coronaba la solvencia del Aston Martin como segundo bólido y la jerarquía del asturiano, autor de una gran salida y de una gestión inteligente de la carrera. Carlos Sainz terminó sexto, su Ferrari lejos de la pelea por el escalafón dominante.
«Cometí un error y tuve que conducir más rápido para compensarlo», resumió siempre elocuente el español antes de conocer que perdía el podio. Fue mucho más grotesco el fallo del mecánico vestido de verde, que metió el gato antes de tiempo e infringió la norma de la Federación Internacional (FIA).
Problema mayúsculo
La FIA tiene un problema mayúsculo desde hace lustros con las sanciones y las interpretaciones del reglamento. En un mundo tan tecnificado y vanguardista como la Fórmula 1 resulta chocante que los jueces del espectáculo emitan veredictos una hora, dos o tres después de los acontecimientos. Ayer le sucedió a Fernando Alonso, pero mucho antes les afectó a todos los demás: Hamilton, Verstappen, Pérez, Sainz o el apellido que se pueda elegir. Primero blanco, luego negro, y después otra vez blanco.
No existe un VAR reglamentado para decidir al instante y evitar estas situaciones: a Alonso lo sancionaron una hora después de que el pobre mecánico que hoy no sabrá dónde esconderse metiese el gato y moviese el Aston Martin durante la parada en el garaje por sanción al español.
Alonso cumplía penalización de obligada detención en el garaje durante cinco segundos por haber traspasado la línea blanca en la posición de salida. Según la reglamentación de la FIA, nadie puede tocar el bólido durante esos segundos. Lo hizo el mecánico del gato trasero. La sanción de diez segundos es inapelable para el español, pero no se le comunicó durante la carrera. «Hubiera podido apretar para distanciar diez u once segundos a Russell», explicó el español. Sucedió en torno a las once de la noche. Un auténtico desvarío.
No hubo la inmediatez requerida en la comunicación de la sanción y después de rociar champán en el podio por el nivel del Aston Martin y su propia pericia, Alonso tuvo en el aire su entorchado 100. «Me voy con buen sabor de boca por el rendimiento del coche», aseguró.
Mercedes, tal vez conocedora del incidente con el gato, esperó a las últimas vueltas para comunicar a Russell que apretase porque podía haber sanción para Alonso. El español ya no tenía tiempo para acelerar y sacar ventaja de diez segundos al británico. Hábil maniobra de Mercedes que no cuajó finalmente en una sanción al ovetense.
El Aston Martin número 14 tuvo un comportamiento modélico, no así el 18 en poder de Lance Stroll, que se retiró por un problema indefinido. Lo hizo redondo en toda circunstancia el coche del español, en la salida fulgurante que dejó atrás a Checo Pérez y que mantuvo el pulso con el mexicano a través del DRS cuando éste lo rebasó por mayor potencia del Red Bull.
El Aston Martin mantuvo a raya siempre, con unos neumáticos más duros o blandos, a los Ferrari Leclerc y Sainz) y a los Mercedes (Hamilton y Russell). No así a Verstappen, que salió el decimoquinto y protagonizó una cabalgada impecable. Se quedó sin rivales en la remontada, incluido Alonso, y solo su compañero Pérez le resistió el pulso, siempre a una distancia de cinco segundos.
La pelea entre los Red Bull, con mensajes desconfiados de 'Checo' Pérez por la radio, animó una carrera que no ofreció la peligrosidad de las dos ediciones anteriores y que aporta la evidencia de nuevas emociones en el futuro: el Aston Martin es el principal candidato a los podios, aunque Red Bull queda a esta hora a varias lunas de distancia.
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