Estrés y fuego en las calles de Bakú

Tiene problemas con el DRS Fernando Alonso. No se acciona el alerón trasero que, abierto, aumenta la velocidad del coche para facilitar los adelantamientos y el español ocupa la octava posición después de perder tiempo en los entrenamientos.

El mejor tiempo es para Max Verstappen, siempre arriba los Red Bull en este inicio de campaña, pero está cerca Ferrari. Menos de una décima separa a Leclerc del neerlandés. Carlos Sainz, cuarto, se coloca a medio segundo del líder.

Como solo hay un entrenamiento sin competición real en este gran premio, todos los equipos se ponen en marcha como alma que lleva el diablo. Ensayan salidas antes de emprender camino y no tienen tiempo para experimentar todas las pruebas de neumáticos.

Es una hora para asumir riesgos y trabajar deprisa. Esto provoca situaciones inusuales. Tsunoda pierde una rueda y va en la llanta hasta el garaje del AlphaTauri.

Pierre Gasly, el sustituto de Alonso en Alpine, tiene que parar el coche a mitad de circuito porque se ha propagado el fuego en la parte trasera de su monoplaza. Una humareda densa sale de su chimenea cuando los comisarios aplican el extintor. Es una bólido en teoría eliminado para la sesión de clasificación porque apenas hay tres horas para repararlo.

A consecuencia del tapón de Gasly, dirección de carrera muestra una bandera roja que acorta aún más el espacio para las pruebas o ensayos de los equipos. Se para el Haas de Magnussen.

En un rush final de más estrés, Verstappen logra el mejor tiempo por escaso margen (tres centésimas) ante Leclerc, mejoría de los Ferrari en apariencia.

Esta vez quedan lejos los Aston Martin. El circuito con una larguísima recta de 2,2 kilómetros penaliza su falta de velocidad punta. Stroll es séptimo y Alonso octavo.