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vuelta a españa

Roglic lidera al Red Bull que nació para captar talentos

El esloveno es el favorito para ganar la Vuelta y su equipo tiene el Tour como objetivo final

El mismo agua para todos en la Vuelta

Primoz Roglic, en la presentación de la Vuelta en Lisboa efe
José Carlos Carabias

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Regresa Primoz Roglic a su carrera fetiche y la Vuelta a España más abierta e impredecible de los últimos tiempos tiene al menos una referencia. Ganador de tres de las últimas cinco ediciones y tercero el año pasado en la exhibición grupal del Jumbo, el esloveno abandera a sus 34 años un proyecto nuevo que nació de una búsqueda de talentos. Es el Red Bull-Bora, un equipo surgido de una iniciativa para promocionar a jóvenes ciclistas al pelotón profesional (el Red Bull Junior Brothers) y que aspira a ejercer una fuerza hegemónica en el deporte del pedal como ha hecho en otro ecosistema aún más complejo, la Fórmula 1, donde ha conquistado siete títulos de pilotos con Sebastian Vettel (4) y Max Verstappen (3) y seis de constructores.

Empieza la Vuelta este sábado en Lisboa al estilo tradicional, una contrarreloj individual de 12 kilómetros que podría condecorar a Roglic como maillot rojo, tal y como sucedió hace tres años junto a la catedral de Burgos. Seguirá luego por Andalucía con una salida de etapa en Jerez desde el interior de un Carrefour (el patrocinador principal de la carrera) y mucha montaña como es costumbre.

Cruza luego la península desde Andalucía a Galicia (la España interior y mediterránea no va incluida este año) y el viaje por el norte responde a una colección puertos sin descanso (Manzaneda, Ancares, Cuitu Negro, Lagos de Covadonga, Alto del Moncalvillo, Picón Blanco) y final en Madrid con otra contrarreloj (24 kms. desde la actual sede de Telefónica a la antigua de la Gran Vía).

Para Roglic será un un desafío natural frente a los españoles punteros (Carlos Rodríguez, en su segunda grande del año con solo 23 años), Enric Mas y Mikel Landa, al arsenal que propone el equipo Emirates, donde no está Pogacar, pero sí Adam Yates, Joao Almeida o Pavel Sivakov, y la solvencia del Visma (exJumbo), donde compite el sorprendente vencedor del año pasado, Sepp Kuss, a quien el pelotón ya no permitirá una escapada como en 2023.

Roglic visualiza un cuarto triunfo en la Vuelta a España, que lo emparejaría con Roberto Heras, el ciclista de Béjar que ganó tres ajeno a la polémica y recuperó una en los tribunales (la ronda de 2005) que había perdido por un positivo de EPO.

La novedad para el esloveno reside en su propio equipo, que ya no es el poderoso Visma que venció en las tres grandes del año pasado (el Giro con el propio Roglic, el Tour con Vingegaard y la Vuelta con Kuus). El esloveno manda ahora una nave con aires de grandeza, el Red Bull.

El germen de esta aventura aún permanece activo en la web de la marca de bebidas energéticas, el Red Bull Junior Brothers. Un programa de captación de talentos que la compañía austriaca desarrolló con el objetivo de encontrar a las futuras estrellas del ciclismo de carretera. Lo hizo en colaboración con Bora-Hansgrohe, la antigua denominación de la escuadra.

Según explica el programa, dos ciclistas desconocidos han sido seleccionados cada año para unirse al equipo de desarrollo sub 19 Team Grenke, un filial del ex Bora-Hansgrohe. Además de firmar un contrato con dicho equipo, los dos ciclistas seleccionados se aseguran permanecer la bajo la tutela de Red Bull en el futuro.

El patrocinio de Red Bull alcanza a la Fórmula 1, fútbol, ciclismo de montaña, motocross, snowboard, kayak, parkour, surf, cien modalidades de motor, saltos desde el espacio... Casi todo lo relacionado con deportes extremos, riesgo máximo, lleva pintado un toro rojo en su imagen. La marca ha incrementado su apoyo a más de 800 atletas, a los que destina más de 2.000 millones anuales. En los últimos Juegos Olímpicos de París hubo 127 deportistas financiados por Red Bull, entre ellos los ciclistas Wout van Aert y Thomas Pidcock, éste último campeón olímpico de bicicleta de montaña.

Los ciclistas seleccionados por la marca austriaca para promocionar en su estructura reciben el mismo adiestramiento que los aspirantes a pilotos de Fórmula 1 o los practicantes de las modalidades de riesgo que viven en la burbuja Red Bull. Al principio fueron solo los de la F1, pero más tarde la compañía austriaca amplió el radar hacia otras disciplinas.

Después de tres años manejando la idea y dando forma al acuerdo con Bora, Red Bull decidió dar el salto al pelotón profesional el año pasado. Compró el 51 por ciento de las acciones del equipo alemán y se estableció en el ciclismo. Y su estreno el pasado julio en el Tour de Francia respondió a los tres ejes estratégicos de su posicionamiento como patrocinador del deporte: comprender y llegar a su público objetivo, diferenciar a su producto de la competencia y crear un contenido atractivo y compartible.

Roglic no tuvo un buen estreno como piloto de Red Bull. Se retiró en la etapa 12 del Tour con un fractura de vértebra después de haberse recuperado de la pavorosa caída en el País Vasco en la que también estuvieron involucrados Evenepoel y Vingegaard. Recuperado de todo, con sus 84 victorias y 34 años, Roglic busca el récord en la Vuelta.

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