ciclismo
La reconstrucción de Egan Bernal: vivir es el triunfo
Vuelta a san juan
El ganador del Tour 2019 aprendió a comer, andar y montar en bici de nuevo después de su tremendo accidente hace un año
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San Juan (Argentina)
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Iniciar sesiónTodos los indicadores numéricos de la tecnología que hoy guía la vida de los ciclistas a través de los potenciómetros reflejan que Egan Bernal se ha recuperado. Los watios, la relación fuerza y peso por kilo, los metros de escalada por kilómetro, el desnivel ... parcial y total, el cansancio muscular, el pulso… Todo apunta a que el ganador del Tour 2019 puede volver a ser el que era, una pieza más de la generación explosiva que llegó para dominar el ciclismo (Pogacar, Evenepoel, Van Aert, Van der Poel).
Pero a Bernal se le enciende una luz roja en el disco duro de su mente. Cuando su ordenador de a bordo alcanza los 60 kilómetros por hora, le viene la imagen del pavoroso accidente que sufrió hace un año a esa velocidad contra un autobús parado en la calzada. El choque que le dejó 20 huesos rotos, dos pulmones perforados y la vida colgada del alambre. «Pude morir, pero celebro que estoy vivo», cuenta el colombiano.
Bernal se estrelló y fue ingresado en el hospital con once costillas rotas, el fémur y la rótula de la pierna derecha destrozados, fisuras en dos vértebras, un metacarpiano y un pulgar hechos puré, dos pulmones con neumotórax.
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El diagnóstico prevenía la posibilidad de quedar parapléjico en un 95 por ciento según Juan Guillermo Ortiz, director del hospital donde fue ingresado. Entubado, en la UCI y angustiado por su futura existencia como persona. Con esfuerzo y una voluntad de hierro, Bernal ha completado su rehabilitación.
«Me demostré que la paciencia y estar con mi familia es lo más importante -explica-. Todos somos seres humanos, nos puede pasar a cualquiera, hay muertes en accidentes de tráfico, yo tuve uno. Hay enfermedades y le puede pasar a cualquiera. Me pasó a mí. Mi mamá tuvo cáncer. Hay que poner los pies en la tierra. Todos somos humanos, y hay que tener alguien en quien apoyarse, da igual la profesión, si eres ciclista o panadero».
En ese dilema entre la vida y la silla de ruedas, al ciclista le preocupó muy poco el Tour, las carreras, la fama. «Pasé momentos muy complicados, pensé si valía la pena seguir en la bici, tomar esos riesgos cuando está una novia, una madre o un padre esperando. Dentro de lo malo fui positivo, muchas personas pasan malos momentos, están en la UCI, en una camilla, sin saber si podrán andar de nuevo o no. Si yo les sirvo de inspiración, perfecto».
Más fuerte
El vencedor del Tour 19 se armó de ánimo positivo para salir de esa incubadora en la que se jugaba su vida. «Me hice más fuerte psicológicamente, prefería sentir el dolor a no sentir nada».
Fue comenzar de nuevo, una segunda existencia. El colombiano aprendió a comer, a lavarse los dientes, a bañarse solo, a montar en bici otra vez. Una reconstrucción personal a base de voluntad por encima del pronóstico que lo enviaba a la paraplejia. Más de tres meses en fisioterapia intensiva para ser quien era. «En esos días nunca pensé en la bicicleta, en volver a estar al mismo nivel para competir. Fue la carrera más importante de mi vida».
Una de sus secuelas fue una obstrucción nasal, traumatismos y una desviación de la nariz que le generó un importante impedimento al respirar. Bernal se operó también el tabique nasal y se retocó la estética con un cirujano plástico. «Como un pijo de Bogotá», le bromeó el español Óscar Sevilla, uno de sus amigos en Colombia.
A Egan le espera el calendario europeo y, en particular, el Tour. Su equipo, Ineos (antes Sky) ha dejado de dominar la prueba que lideró con mano de hierro con Wiggins, Froome (cuatro victorias), Thomas y él mismo en una secuencia consecutiva de 2012 a 2019.
«Tengo ganas de volver al Tour -asegura-. Allí me di a conocer en 2019 donde todo estalló. Me gusta bastante esta carrera. Me tendré que demostrar a mí mismo que puedo estar ahí. No es fácil, quiero estar, pero depende de cómo me sienta. También queda la alternativa de la Vuelta a España».
No estamos ante el Bernal ambicioso que se quería comer el mundo, mostrar su máximo nivel ante los mejores. Por como habla, no quiere reeditar esa sensación de 2019, cuando para él todo era ganar el Tour o nada, no había otra cosa en su vida, si no vencía se acababa el mundo. «Siempre hay una persona que te quiere esperando en casa. Y eso vale más que nada».
Egan Bernal está de regreso, aunque siempre con un ojo en el pasado y en ese límite de velocidad. «Cuando me entrenaba en la fase de mi recuperación y pasaba de 60 kilómetros/hora, pensaba a veces que me choqué a ese ritmo. Y sentía miedo. Ahora, por fortuna, creo que no, es una etapa superada».
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