ciclismo
Evenepoel asalta el poder de Roglic en la Vuelta
ETAPA 6
El belga ataca y se coloca líder en una etapa bárbara en el Pico Jano, donde el esloveno se queda y emergen los españoles Enric Mas y Juan Ayuso
PICO JANO (CANTABRIA)
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Iniciar sesiónAllá al fondo se escucha el tintineo de los cencerros, se intuye entre la niebla a las vacas pasiegas sueltas en la pradera, a su albedrío. Un deporte se adentra en su territorio por carreteras inescrutables, alguna casa de labranza y pocos paisanos pendientes de ... una carrera. Son las verdes montañas que producen leche y la Vuelta que busca esos parajes alucinantes por España recoge la siembra. Una etapa espectacular, bárbara en su proceso, con el condimento del terreno para plantear batalla. Y ahí surgen las noticias. Se queda Primoz Roglic, el embajador de la Vuelta, tres trofeos ya. No puede seguir a un francotirador como Remco Evenepoel, prodigio belga de la nueva generación que nunca espera al final para actuar. Es el nuevo líder con ventaja sobre un fabuloso Enric Mas, que se redime de los miedos del Tour y aguanta la rueda potente del número uno en el Pico Jano. Se descuelga Roglic a un minuto, lo inesperado, y emerge el otro gran nombre, el horizonte del ciclismo español. También ataca Juan Ayuso, 19 años, otro UAE en alza, ambicioso y sin complejos. Dos españoles entre los seis primeros de la general después de la victoria del australiano proveniente del ciclismo indoor Jay Vine.
Por San Miguel de Aguayo el verano se ciega. Desaparece el sol entre los valles, taponado por nubes bajas que confieren al día ciclista un aspecto fantasmagórico, imagen de abril en el Tour de Flandes por lenguas de asfalto que serpentean entre aldeas y animales en la montaña.
El puerto de Brenes, donde se rompe el brazo Hagen y caen más ciclistas, es una delicia para la vista. Lúgubres pasadizos entre el bosque por carreteras que invitan a la épica. Por ahí asoma un primer apellido, Julian Alaphilippe, campeón del mundo a quien su director, Patrick Lefevere, le exige algo más que cumplir como gregario de lujo en la Vuelta.
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Alaphilippe se deja el sudor por Remco Evenepoel, fenómeno de su tiempo, 22 años, 33 victorias en cuatro temporadas. Números de crack que deslumbran al personal ciclista por su incontinencia. Evenepoel no especula, no piensa con la calculadora. Es una versión todoterreno de Pogacar, no le gusta frenar, sino empujar. Atacar en vez de mirar.
Evenepoel pertenece a un equipo, Quick Step, adiestrado en la caza. Cualquier presa es posible, esprints, contrarrelojes, clásicas, maillots de clasificaciones. Nunca una general de una gran vuelta, un jersey de líder, tres semanas de rendimiento regular.
Evenepoel parece destinado a cambiar ese hábito. Ataca en el Pico Jano, diente afilado, determinación en el semblante, pulmones... El derrote estimula al pelotón y describe un panorama nuevo. Roglic no puede seguir ese ritmo. Enric Mas sí lo hace. Evenepoel descompone los patrones de la Vuelta, y expulsa al vagón de Roglic a toda la fauna variopinta que aspira al triunfo, Hindley, Almeida, 'Supermán' López, Yates... Más atrás vienen Carapaz y Valverde, desde hoy sin opciones.
En ese escenario que mezcla cambios, asombro y niebla surge el tipo elegido para idear un futuro potable en el ciclismo español. Ataca Juan Ayuso, percha de rodador (1,83 metros), alma de escalador y depositario de ilusiones y sueños. En el primer gran puerto de la carrera no se esconde, tal es el estilo que ha demostrado y que alienta su director, Josean Matxín. Ayuso se estira, pierna firme, cuerpo grande, redondo en la bici, y amenaza a Evenepoel y Enric Mas. «Tuve buenas sensaciones, mantendré la ilusión y solo quiero ser regular», dice en la meta.
Enric Mas no puede o no ve interesante dar un relevo a Evenepoel. «Habríamos cazado a Vine», explica el belga. «Bastante tenía con aguantar a rueda», comenta satisfecho el mallorquín. La pareja enfila la meta con autoridad y presencia. Un buen golpe de ambos. «Es mi primer maillot de líder en una grande», enfatiza Evenepoel. «Ha sido un balance positivo», concede Enric Mas, el hombre que supera el miedo a los descensos.
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