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Ciclismo

El Tour se inspira en la Vuelta a España

José Carlos Carabias

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Al transitar por primera vez por el puerto de Loze en los Alpes, Christian Prudhomme, el director general del Tour, se sintió Henri Desgrange. El creador de la carrera en 1903 envió a Alphonse Steines a los Pirineos para inspeccionar una carretera en 1910. Steines ... se quedó a media subida, atrapado su vehículo a motor por la nieve y, rodeado de osos, no dudó en encauzar el curso aventurero de aquella carrera pionera. El periodista mintió. «Carretera en perfecto estado. Transitable», comunicó Steines al director del periódico «L’Auto» (hoy L’Equipe). Así nació el Tourmalet para el Tour. Y así se presentó ayer el puerto simbólico de la edición 2020 de la prueba francesa. Loze es una pista única en Francia: se la traga la nieve en invierno y aparece en verano solo para las bicicletas, unos kilómetros más allá de la estación de Meribel. El Tour del próximo verano será lo más parecido a la Vuelta: montañas cortas, puertos inéditos , agitación con subidas desde la primera semana, una cronoescalada de cierre antes de París, escaso protagonismo para los velocistas y ausencia total de contrarrelojes.

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