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José Carlos Carabias

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El cielo se desploma en Andorra y la tempestad pasajera, diluvio, granizo y agua, genera un agujero negro porque se queda a oscuras la señal de TVE, que produce la Vuelta para todo el mundo. El planeta no ve lo que pasa. Tiempo para la ... imaginación, para el ciclismo de los cincuenta y sesenta que no se veía, sino que intuía. Un día tremendo en la montaña, magnífico pues la película lo tiene todo: acción, misterio, cientos de enigmas y un desenlace inesperado. Una etapa exprés de 94 kilómetros, cinco puertos y un tramo de tierra que corona a un profesional con cara de adolescente, el esloveno Pogaçar de 20 años, que va para figura. Su victoria tiene que ver con el enfado de Marc Soler , el catalán del Movistar al que hicieron un Barrichello, lo detuvieron cuando estaba en cabeza y podía ganar para ayudar a uno de los líderes, Nairo Quintana. No tiene consuelo Soler, que llega a meta y se da la vuelta para no atender a los periodistas. El Movistar obtiene un triunfo parcial, Quintana líder provisional de la carrera con escaso margen porque llega la contrarreloj y Primoz Roglic no solo está vivo sino que amenaza con romper la Vuelta. Una jornada sobresaliente que enlazó con los límites del riesgo.

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