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Ventana al campo

Julio, cándida Juventud

L. de Juan

Me siento un lobo alfa. Me encuentro en Gredos con un puñado de chiquillos a los que intento enseñar a cazar. Vamos ataviados con la ropa de camuflaje, hemos mirado el viento e inspeccionado los alrededores de la torada de machos monteses que ... rumian en un piornal. Me rodea una prole de veinte chavales de los que desconozco la edad. Sé que la mayoría ha hecho la primera comunión este año. Eso es un grado, para ellos porque se sienten mayores y para mí porque más o menos ya tienen edad de morder la caza. A mí me regaló mi tío Luis Higuero una escopetilla del 12mm que guardo como oro en paño. Hay que cruzar el riachuelo y subir hasta un berrocal desde donde los tendremos a pocos metros. Vamos armados hasta los dientes porque tenemos afición, energía y ganas de meternos encima. No hay arma más mortífera que esa para no perder la juventud. Les pido opinión para que se sientan partícipes. ¿Vamos? Todos asienten.

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