Baloncesto
Muere Jerry West, la leyenda que prestó su imagen a la NBA
Mítico escolta, campeón con Los Ángeles Lakers y catorce veces All Star, ha muerto a los 86 años. Suya es la figura que aparece en el logo de la liga estadounidense de baloncesto
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Iniciar sesiónSe va uno de los pilares de la NBA, el más absoluto de sus iconos. Jerry West (Chelyan, West Virginia, 1938) ha muerto a los 86 años. El eterno escolta de Los Angeles Lakers deja una carrera prodigiosa de principio a fin, primero como ... letal anotador y después como genio de los despachos tras un efímero paso por el banquillo de los californianos. Fue el eje sobre el que se edificó una de las mayores rivalidades de la historia del deporte, la de los Lakers contra los Boston Celtics. Perdió tantas finales contra los verdes, un total de siete, que acabó siendo su enemigo número uno, un auténtico hooligan, odio visceral hacia todo aquello que llevase un trébol o un duendecillo irlandés.
Pero no hay mayor prueba de su grandeza que el propio logo de la NBA, pues es él la imagen de la mejor liga de baloncesto del mundo. Esa marca, en el que sale la figura blanca de un jugador escuálido botando un balón sobre un fondo azul y rojo, fue creado a partir de una fotografía de West. Nunca se ha reconocido de forma oficial por parte de la NBA y el atleta nunca recibió ni un céntimo por derechos de imagen. Ni falta que hace. Es él. El eterno número 44.
The reason Jerry West is the logo for the NBA is because he embodied the qualities we admire in our best athletes: skills as a player, dedication as a teammate, and integrity as a person. He was my coach, and my advisor, but mostly he was my friend. Today, a part of the continent… pic.twitter.com/oUOxelWavo
— Kareem Abdul-Jabbar (@kaj33) June 12, 2024
Fue un jugador muy querido porque era muy humano, perdió más que ganó, un distintivo sustancial con el resto de grandes leyendas del basket estadounidense. Y era tan bueno que incluso ha sido hasta le fecha el único que ha ganado un MVP de las finales habiendo sido derrotado. En 1969, los Lakers sufrieron una dura remontada ante los Celtics, quién si no, pero los más de 37 puntos de media que anotó West obligaron a la dirección a entregarle el reconocimiento por sus heroicidades. Nunca se rendía pese a su fino cuerpo, quizás por las palizas que le propinaba su padre de pequeño.
Fue campeón en 1972 ante los New York Knicks, 14 veces All-Star, oro olímpico en Roma 60 y se retiró en 1974. Cuatro años después, volvió a los Lakers, pero esta vez como entrenador. Nunca conquistó la liga como técnico, pero fue partícipe del movimiento que la cambió para siempre junto con Jerry Buss. El propietario de la franquicia californiana quiso convertir la NBA en un espectáculo, el famoso ‘Showtime’, y West fue uno de los pilares de su edificación.
The NBA family pays tribute to a legend of the game, Jerry West. pic.twitter.com/E4eJh1tJdw
— NBA (@NBA) June 13, 2024
Pero los banquillos no eran su lugar y donde sí se convirtió de nuevo en leyenda fue vestido de traje y corbata. Director deportivo del equipo desde 1982, coronó a los Lakers como reyes de la NBA en la década de los 80. Bajo su faro, cuatro anillos fueron a parar al Fórum de Inglewood, casa de los angelinos antes de su mudanza al Staples Center. Y cuando agonizaba aquella legendaria generación, se aseguró de forjar el futuro de la franquicia: fue el principal responsable de la llegada al club de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal, dupla que le reportaría dos campeonatos más. Solo tuvo un punto negro: fue de los que más se opuso al fichaje de Magic Johnson, uno de los mejores jugadores de la historia. Aunque la obsesión de Buss con el base dejó en anécdota el resbalón de West.
Con el siglo XXI siempre coqueteó con el retiro definitivo, pero aún le dio tiempo a propulsar a los Memphis Grizzlies de Pau Gasol hasta los playoffs y a ser el consultor oficial de los Golden State Warriors, la última gran dinastía de la liga, con los que añadió dos anillos más a su vitrina. Su adicción por la canasta era evidente y estuvo mirándola hasta el último momento. Hasta su muerte, fue director deportivo de los Clippers, vecinos y archienemigos de los Lakers.
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