A España le sale una piedra en el camino

Impresiona el Kaunas Arena. La nueva casa del Zalgiris, es un ultramoderno pabellón al que aún le faltan varios detalles para estar totalmente acabado. Aún así, la visión futurista de su fachada, y la inmensidad de su interior llaman la atención, al menos a primera vista. No sabemos si fue por eso, pero lo cierto es que la selección empezó el partido apocada, lejos de la exhibición física y de contragolpe a la que está acostumbrada. El quinteto que se supone titular —con los Gasol, Calderón, Navarro y Rudy— naufragó ante la fortaleza lituana . Arropados por 15.000 gargantas, los hombres de Kemzura no ofrecían fisuras. La defensa, durísima, permitida por los árbitros, permitió a los lituanos abrir brecha en el marcador (13-4, min. 4), lo que obligó a Scariolo a pedir el primer tiempo muerto de urgencia de la gira.

La rotación en la manija del equipo, con la entrada de Ricky, no varió el rumbo del partido. Al contrario. La eficacia exterior de los de blanco, con un gran Kalnietis, se unió a la mala noche española en el tiro. Resultado: un abultado 50-33 al descanso, tras un parcial de 11-1, con tres triples consecutivos para los lituanos. Navarro, cuya muñeca había rozado la perfección frente a Bulgaria, se encontró con un hueso en Pocius. La magnífica defensa del nuevo jugador del Real Madrid dejó al azulgrana en apenas 9 puntos, con solo dos canastas en juego.

Coloso Marc Gasol

El choque se igualó cuando los locales empezaron a notar la falta de fuerzas. Eso permitió un juego más fluido por parte de España, que encontró en Marc Gasol a su salvavidas particular. No funcionó la asociación con su hermano Pau, pero el de los Grizzlies supo enfundarse el disfraz de líder de la zona, en la que se hizo un coloso. Al rescate se unió Llull, eléctrico como siempre, que aprovechó el bajón físico del rival para hacer daño. Las ayudas para frenar sus penetraciones dejaban siempre un jugador español libre y por ahí empezaron a fluir los puntos de la selección.

Le entró el tembleque a los lituanos cuando se vieron con solo siete puntos de ventaja antes del último cuarto (65-58) . Kemzura, que había tenido que tirar de banquillo para que el equipo recuperara el resuello, puso en pista a los titulares. El partido se equilibró, España llegó a amenazar el marcador (65-60), pero un parcial de 9-2 a falta de cinco minutos enterró todo el esfuerzo de la selección, que ya sabe cómo se las gastan en Lituania.

Vale que era un amistoso, pero el escenario de guerra podría parecerse mucho al que la selección se encontrará dentro de dos semanas, cuando se mida con los lituanos en la primera fase del Eurobasket. Estamos avisados.