Gran Canaria recupera el pulso tras vencer con solvencia al Andorra

La dirección del experimentado Omar Cook (21 puntos y 10 asistencias), conjugado con la fortaleza de Bourousis y Costello en el interior (31 tantos entre los dos pívot) supuso todo un rodillo para los del Principado, que sólo encontraron consuelo en ataque con Hannah (14) y el tridente Jelinek-Todorovic-Senglin (13 puntos cada uno), en un choque de elevado tanteo.

A pesar de la alta intensidad física del Andorra, tanto en defensa como en ataque, el Herbalife supo desprenderse de la presión con el acierto de la dupla Harper-Costello (23,8 puntos de media entre los dos en liga), sumado a la precisión en el exterior de Cook y Shurna, propiciando un contundente 0-10 de arranque en apenas cuatro minutos.

Con esa panorámica, el técnico de los andorranos, Ibon Navarro, tuvo que solicitar el primer tiempo muerto, pero fue en vano. El Gran Canaria siguió mostrándose sólido tanto en la pintura como en el perímetro, incluso con las rotaciones, estirando las distancias a pesar de los intentos de Jelinek y Senglin (5-19).

La entrada de un inspirado Bourousis -con 6 puntos casi consecutivos- permitió a los amarillos dominar en la zona, si bien la polivalencia de David Walker posibilitó maquillar la diferencia en un primer cuarto que se cerró con 14-25 para los insulares.

En el segundo asalto, el equipo pirenaico intentó meterle una segunda velocidad al partido, aunque los pupilos de Fotis Katsikaris parecían seguir con la resaca anotadora vivida en la jornada anterior ante el Madrid, ya que el porcentaje desde el triple siguió incrementándose (66%), mientras Costello tomaba el relevo de Bourousis bajo aros (17-39 a 6 minutos para el descanso).

La derrama amarilla alcanzó los 22 puntos, pero tras ese momento crítico para el MoraBanc, Hannah y Todorovic asumieron los galones para contener el caudal ofensivo de su rival (37-52).

En la reanudación Navarro siguió exprimiendo la capacidad defensiva de sus jugadores, propiciando situaciones 2 contra 1, presión en todo el campo y más contacto en los emparejamientos. Con esa ecuación, se fue dibujando una mejoría de los andorranos, aunque con los continuos cambios en el engranaje isleño, el técnico, Katsikaris, conseguía minimizar riesgos (51-63).

Una bandeja de Llovet y una posterior canasta en suspensión de Senglin permitió a los del Principado asomarse al partido tras reducir la hemorragia por debajo de la barrera psicológica de los 10 puntos (58-67 en el minuto 28), si bien un posterior 2+1 de Paulí, aderezado con una penetración de Harper otorgó una dosis extra de oxígeno a los canarios (58-72).

El notable acierto de los claretianos desde la línea de personal (25/30 con un 83%) se convirtió en su mejor bálsamo frente al derroche físico del Andorra, que ya acumulaba 26 faltas personales en los tres primeros periodos del encuentro (64-75).

Ya en la recta final, el partido entró en un improvisado correcalles, con intercambio de canastas que favoreció al MoraBanc (72-79 a 7:11 para la conclusión), aún con el dominio de Bourousis en la pintura (19 puntos), luego un triple estratosférico de Todorovic y otro posterior de Walker activó todas las alarmas (78-82), forzando el tiempo muerto de Katsikaris.

Tras el paréntesis táctico, Cook tomó la batuta y volvió a dar un respiro a los amarillos desde el perímetro con dos lanzamientos lejanísimos (80-89), y al mismo tiempo reactivó a jugadores como Costello y Rabaseda que había quedado en un segundo plano en vanguardia. De los cuatro puntos de ventaja con los que contaba en el minuto 34 se pasó de nuevo a los 14 (80-94), cercenando así todo atisbo de remontada por parte del MoraBanc.

Al final, victoria contundente del Gran Canaria (88-104) que vuelve a recuperar opciones para alcanzar las semifinales (1 victoria y 1 derrota), mientras que el Andorra se coloca en la parte baja del grupo B con un balance de 0-2.