El cisma del baloncesto español

Si no se llega a un acuerdo entre las partes en las próximas semanas, España disputaría el viernes 24 de noviembre en Montenegro su primer partido de clasificación para el Mundial de China 2019 con un equipo de jugadores de segundo nivel. Sí daría tiempo, en cambio, a que los que han disputado encuentros el jueves y el viernes puedan jugar el domingo por la noche en Burgos el encuentro contra Eslovenia. La actual campeona de Europa contará con la base de su equipo campeón a excepción de Dragic, que juega en la NBA.

Precisamente, la no obligatoriedad de la NBA de ceder a sus jugadores es uno de los elementos de discordia y que más perjudica a la posición de España en todo este conflicto, pues es la selección europea que cuenta con mayor número de jugadores en la liga norteamericana: «¿Habéis hablado con Marc Gasol a ver si va a venir él? ¿Está convocado? No tengo nada más que decir», respondía irónicamente Pablo Laso cuando la semana pasada le cuestionaban sobre las famosas «ventanas».

El caso es que España tiene que asegurarse un puesto en el Mundial de China , y para ello tiene que evitar el último puesto del grupo con Montenegro, Eslovenia y Bielorrusia, e intentar ganar el máximo de partidos, pues los resultados de esta primera fase se arrastran al grupo definitivo contra los tres primeros del grupo que conforman Suecia, Turquía, Letonia y Ucrania. Al final de esta fase de clasificación, solo quedarán tres equipos de los ocho mencionados, que tendrán pasaporte para el Mundial que se disputa en el verano de 2019.

«La Euroliga ha dicho pública y privadamente que no piensa parar la competición y que los jugadores son libres de decidir dónde van a jugar. Nosotros estamos obligados a defender los intereses del baloncesto español y la selección española es su gran estandarte. Las selecciones son el motor del baloncesto español y por eso vamos a conformar el mejor equipo posible», había avisado en la víspera el presidente de la Federación y hasta no hace mucho jugador de alto nivel, Jorge Garbajosa . Lo que está por ver es si la sangre termina llegando al río y si la Federación termina forzando a los jugadores y a los clubes en aplicación del artículo 47 de la Ley del Deporte, según el cual los convocados están obligados a anteponer su selección a los clubes. Sería una decisión inédita dentro de un conflicto de difícil solución.