selección española
Víctor Claver: «Tengo claro que debo buscar un equipo en el que tenga sitio»
El jugador de Portland afronta su sexto verano consecutivo con la selección sin perder de vista su futuro inmediato
d. vilares
Sin llamar mucho la atención, Víctor Claver (Valencia, 1988) ya ha sido 89 veces internacional y afronta su sexto verano consecutivo con España . Puede que el más ilusionante: Mundial en casa, un equipo candidato a todo en el que él, como alero alto, aportará ... defensa, y tras una temporada casi en blanco en los Portland Trail Blazers de la NBA. Un cambio de chip.
—¿Qué significa para usted llegar a la selección después de un año tan difícil en Portland?
—Es ilusionante estar un verano más, y más este año con un Mundial en casa. Esperamos disfrutarlo. Y ganarlo, también.
—¿Se ha acordado durante este tiempo del palmeo que tuvo contra Francia y que pudo dar a España el pase a la final del Eurobasket pasado?
—Muchas veces. Muchas veces. Era un tiro difícil y Parker estaba colgado de mí. Son cosas que se te quedan en la cabeza. Te dices: «¿qué hubiera pasado si hubiera sido de otra forma?». Pero hay que dejarlo ahí, asumirlo y ya está.
—¿Cómo ve a la selección ahora, con la vuelta de Pau y de Navarro, en lo que quizá sea el último gran reto de todos juntos?
—Eso lo decidirán ellos. El hecho de estar todos sanos y preparados nos hace tener más ganas incluso. Sabemos que podemos conseguirlo, pero va a depender de todo lo que hagamos desde que empezamos a entrenar.
—¿Qué le parece el equipo americano?
—A ver quién viene al final. Aun así, son los favoritos, van a traer jugadores All Star y jugadores que a lo mejor no han tenido experiencia con la selección pero que tienen muchos años en la NBA y son estrellas. A ver cómo juegan luego juntos.
afpKevin Durant
—Habrá un compañero suyo, Damian Lillard. ¿Cómo es la relación en el equipo allí, en Portland? Sergio Rodríguez también estuvo allí y siempre se hablaba de su gran relación con LaMarcus Aldridge, la estrella del equipo.
—La química del equipo es buena. Hemos mantenido jugadores de la anterior temporada. Las estrellas no tienen el ego muy subido, que eso puede ser un problema a veces, y son bastante líderes: se encargan de que el equipo funcione, y eso se nota dentro y fuera de la cancha. Yo tengo muy buena relación con casi todos los compañeros. Con Joel Freeland, que es medio español, con el que más.
—Hacia Navidad, eran el mejor equipo de la NBA pero usted no podía contribuir en la cancha. ¿Cómo se lleva eso?
—Pues es una mezcla de sentimientos: alegría porque el equipo funcionara y fuera bien, pero también un poco de rabia, por no poder ayudar más. Esperando, con la mentalidad puesta en que algún día jugaré y tendré que estar al nivel.
—¿Qué piensa uno para seguir trabajando a tope en esa situación?
—Se hace duro, es cierto, sobre todo cuando van pasando los partidos. Pero la idea es que cualquier día puede cambiar la situación, se puede lesionar un jugador y te va a tocar jugar. Y así pasó: un par de semanas me tocó jugar bastante y tuve que estar al nivel porque ahí no sirven excusas. Todo depende de ti. Tienes que haber estado trabajando para ese día.
—Pese a todo su relación con el entrenador, Terry Sttots, era buena.
—Algo bueno que tiene es que está abierto a hablar con los jugadores siempre. Durante la temporada he hablado más de una vez con él y en ningún momento me ha puesto un problema en ese sentido. A nivel deportivo es otra cosa: él tenía una rotación y la ha mantenido. Yo la respeto porque es el entrenador y además ha funcionado bien. No hay mucho más.
—¿Eso es lo que le dice el entrenador: que hay una rotación y que no hay minutos para todos?
«No puedo estar otra temporada igual, viendo los partidos pasar»—Sí. Los equipos están hechos para una temporada larga en la que hay muchos partidos y hay lesiones. Si no las hay, los que juegan son los que juegan. Mi situación ha sido dura pero no era el único en el equipo en esa situación. Y bendito problema el tener jugadores capaces de jugar y que no los puedas poner. Pero es cómo funciona y no se puede hacer mucho más.
—¿Cómo se plantea la temporada que viene, su último año de contrato allí? ¿Cree que puede cambiar la situación en Portland?
—No sé. Desde el equipo no me han dicho nada en ese sentido. Lo que sí tengo claro es que no puedo estar otra temporada igual, sin jugar y viendo partidos pasar. No sé si estarán pensando en hacer algún traspaso más, si piensan dejar así la plantilla… Pase lo que pase yo voy a seguir con una mentalidad positiva y esperando que llegue el momento.
—En la NBA los jugadores no pueden decidir su destino si tienen contrato en vigor. Pero ¿le gustaría irse a un equipo en el que tuviera más opciones para jugar?
—Usted lo ha dicho: no depende de mí. Pero está claro que si en Portland no hay sitio, tendré que buscar otro equipo donde pueda jugar, porque al final es lo que queremos hacer todos los jugadores.
—¿Se plantea qué hacer cuando termine su contrato la temporada que viene? ¿Una vuelta a Europa, seguir probando suerte en la NBA…?
—Lo veo lejos. No sé qué va a pasar cuando acabe el contrato porque me queda un año, ahora mismo está el Mundial por delante y tampoco quiero pensar más allá porque de un año a otro puede cambiar mucho la situación, y más en la NBA que puede cambiar de un día a otro.
—Estando en EE.UU., ¿qué es lo que más echa en falta de la vida en España y Europa?
«En la NBA algunos se meten un pollo con patatas a una hora de un partido»—Yo tenía la suerte de que vivía en mi casa en Valencia. Entonces es lo que más noto: tener un día libre y no tener a la familia y a los amigos cerca. Estar lejos. Luego los viajes, está claro que allí hay muchos. Pero son más cómodos que aquí. Yo creo que cansa más un viaje cuando jugaba Euroliga aquí que allí. Lo que más se nota son los hoararios: entrenar solo por la mañana, nunca hacer doble sesión, ir antes a los partidos, las horas de desayuno, comida y cena…
—En los vestuarios hay buffets con comida antes de los partidos y dicen que hay jugadores que se hinchan allí.
—Sí, eso me sorprendió al principio. Siempre hay bebidas, fruta, café, palomitas también, lo que me sorprendió. Luego hay jugadores que piden comida y a lo mejor una hora antes del partido se están metiendo un pollo frito con patatas y ketchup.
—¿Le tocó alguna novatada el primer año?
—Se portaron bien con nosotros porque éramos muchos, cinco novatos el año pasado. Nos dieron una mochila de estas de niña, a mí se me olvidó el primer viaje y vi que no me dijeron nada, así que a partir de ahí, nada.
—¿No les hicieron la típica de llevar las maletas de todos?
–(Se ríe) No, no.
–¿Es la NBA un mundo tan distinto a lo europeo como parece desde fuera?
–Un poco, sí. Todo depende más de ti. No se lleva tanto las dinámicas de equipo. Por ejemplo, en los hoteles nunca se come o se cena con el equipo, que eso es algo a lo que estamos acostumbrados aquí, como compartir habitación. Eso te hace estar más metido que allí, que cada uno tiene su habitación y a lo mejor entras en el hotel y hasta el entrenamiento del día siguiente no vuelves a ver a un compañero.
–¿En conjunto prefiere la vida americana o la europea?
–La de Estados Unidos está bien. Es más cómoda. Depende de ti, entonces puedes ir al ritmo que tú quieras. Aquí hay jugadores que no llevan bien compartir habitación, o desayunar, comer y cenar con el equipo.
Víctor Claver: «Tengo claro que debo buscar un equipo en el que tenga sitio»
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