Simeone y Joao Félix, una relación sin química

Más de tres años después, el distanciamiento entre técnico y jugador es evidente y el miércoles ante el Brujas se puso de manifiesto cuando el punta tiró el peto de malos modos después de calentar casi toda la segunda parte sin que el argentino le diera la alternativa en un duelo. Un nuevo calentón de un futbolista que parece haber perdido definitivamente la química con su entrenador, si es que alguna vez la hubo. Hoy, ante el Athletic, todo apunta a que volverá a ser suplente.

Tras la polvareda levantada por el gesto de Joao ante los belgas, Simeone dio este viernes explicaciones en rueda de prensa y aclaró que no existe motivos personales para la suplencia del luso, solo deportivos. «Hizo muy buena pretemporada. Y a partir de su buen rendimiento jugó. Ahora, cuando su rendimiento ha bajado, juega otro compañero. Porque Joao es igual a Correa, a Cunha, a Morata, a Griezmann», afirmó el Cholo. «Intento tratar a todos los futbolistas de la manera que creo que hay que tratar para lo mejor del equipo. Y no hay mucho más que eso».

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Tres años de aquella espectacular presentación, 'el baile' de Joao como rojiblanco no ha sido todo lo bello que se esperaba. Y eso que en su debut contra el Getafe hizo honor a su tarjeta de presentación, con un espectacular eslalon para el recuerdo que terminó en penalti. Talento puro de un jugador alejado de los planteamientos y el espíritu guerrero que Simeone impone en sus equipos. Un choque de pesos pesados entre un técnico con plenos poderes en el club y la estrella de la plantilla en el que el gran perjudicado es el Atlético.

Simeone, el técnico mejor pagado de Europa, es una leyenda de dimensiones mayúsculas en el Atlético, en el que parece perdonársele todo. Echar un pulso al argentino es una empresa poco recomendable. Sus éxitos y su calado en la afición le avalan. Y cuenta con el respaldo incuestionable de la directiva. Pero Joao también. Una inversión de 127 millones de euros no es baladí, y así lo justificaba Gil Marín en una entrevista publicada hace apenas un mes por 'Sonora'.

«Es una apuesta por el que yo creo que es el mejor futbolista que hay ahora mismo. Estamos teniendo muchos problemas de adaptación, por la manera de entender el juego suyo y del equipo. Es una preocupación de todos y es una obligación de Diego el buscar ese punto de equilibrio», manifestaba el consejero delegado, lanzando un mensaje al Cholo. El distanciamiento entre ambos no se ha cerrado, todo lo contrario, según lo visto ante el Brujas.

Tras los últimos acontecimientos, el entorno de Joao ha filtrado que se quiere ir en enero. Ya ocurrió algo similar hace justo un año. Sin embargo, se quedó. Y entre febrero y marzo volvió a jugar, a brillar y a marcar. Pero de nuevo se lesionó. Y a estas alturas, se han retrocedido muchas casillas.

Seguro que no será el próximo mes de enero, pero los constantes desencuentros entre delantero y entrenador hacen que la situación comience a tornarse insostenible. Cada vez son más los que apuntan a que Simeone no va a ser eterno... Pero si lo fuera, no será con Joao con quien permanezca hasta que la muerte los separe.

Fue en sus primeros meses en España cuando Joao gozó de más continuidad. Hasta 22 titularidades casi consecutivas, interrumpidas sólo por un esguince de tobillo. Entonces el debate no era si el Cholo sentaba a Joao, sino si le ponía pegado a la banda, si le cargaba de obligaciones defensivas o si le cambiaba demasiado pronto. En esos 22 encuentros, fue sustituido en 14 y fue entonces cuando se pudieron ver algunas de las primeras 'caritas' del luso (por ejemplo, en un Atlético-Barça).

Pero la primera gran decepción del menino llegó en la Champions de la pandemia. En una suerte de Final Four en Lisboa, el Cholo le dejó en el banquillo para enfrentarse al Leipzig. Recurrió a él en la media hora final, con 1-0 en contra. Joao respondió, encaró, fue vertical, forzó un penalti, lo transformó, pero el equipo terminó perdiendo en el 87. Y ese día el debate cobró verdadera fuerza: ¿Simeone no confía en Joao? Un interrogante que sigue enquistado y que ha reaparecido en el último tramo de la actual temporada. En los cuatro últimos partidos, solo ha disputado 29 minutos, cifra ridícula teniendo en cuenta su condición de 'bandera' de la plantilla. El Cholo reconoció ayer que tras el partido de Brujas ha hablado con él: «Es un chico fantástico, se lleva bien con todos sus compañeros. Estamos hablando de rendimiento de grupo, nada más».

La temporada del Atlético campeón de Liga, el portugués contribuyó con un inicio arrollador, explosivo. También en Champions. Pero en la primera derrota en Liga, llegó su primer gran desplante. Al ser sustituido en el minuto 59, pateó los asientos de Valdebebas visibilizando su enfado. Malas formas que le han acompañado en otros episodios durante su singladura como rojiblanco. Una actitud que Simeone no perdona.

Joao comenzó a apagarse, a alternar titularidades con suplencias y, mientras sus compañeros conquistaban la Liga, él apenas aparecía en los minutos finales. Su último gol de esa campaña llegó en Villarreal y lo celebró con gritos de rabia y mandando callar... ¿Al Cholo? Supuestamente a Lodi, intentó explicar después el brasileño en redes sociales.

El penúltimo capítulo del desencuentro entre Simeone y el luso se vio el pasado miércoles. Tras asegurar el Cholo en la previa ante el Brujas que «toda la responsabilidad» de que Joao no explotara era suya («Todo lo malo que haga Joao es porque yo lo hago peor todavía», dijo), no le sacó ni un minuto en un partido en el que la victoria era obligada. Después de que al menos una vez alguien llamara a Joao para que dejase de calentar, supuestamente porque iba a salir, el portugués terminó lanzando al suelo su peto de suplente. «Mientras esté yo, esto va por rendimiento, y yo entiendo que hay otros compañeros que están mejor. Ojalá que cuando le toque demuestre todo lo que tiene. Cada vez que estuvo bien, jugó», insistió el Cholo. Hoy en San Mamés, Joao apunta otra vez al banquillo.