Contragolpe
Las cenizas del Metropolitano
«Fue la casa del Atleti desde 1923 hasta 1966, aunque no ininterrumpidamente. Ubicado en la Colonia Metropolitana, zona de chalés donde vivían incontables toreros, escritores, artistas e intelectuales, el más conocido el premio nobel Vicente Aleixandre»
Atlético Femenino, un proyecto en el taller de desguace
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Iniciar sesiónAl pasar por el añorado Stadium, quien era entonces un niño recuerda el último partido contra el por entonces Atlético de Bilbao, con gol del «ratoncito» Cardona marcado con el hombro. Visto desde la espectacular Gradona, terraplén que caía en pendiente sin apenas protección, por ... donde más de uno hubiera podido despeñarse.
Fue la casa del Atleti desde 1923 hasta 1966, aunque no ininterrumpidamente. Ubicado en la Colonia Metropolitana, zona de chalés donde vivían incontables toreros, escritores, artistas e intelectuales, el más conocido el premio nobel Vicente Aleixandre. Construido por los hermanos Otamendi, a semejanza de Wembley, se arrendaba a diversas sociedades para la práctica deportiva. Lo utilizaron todos los clubes madrileños de entonces, como el desaparecido Racing de Madrid, hasta que en 1950 el Atlético firmó su acta de compra. En 1954 fue reinaugurado y ampliado hasta las 50.000 localidades.
El perímetro de donde se ubicaba el Metropolitano coincide con el pentagonal escudo del Atleti, delimitado por el paseo de Juan XXIII y las calles de Santiago Rusiñol, Conde de la Cimera y Beatriz de Bobadilla. Con un mucho de imaginación, algunos creen ver en el callejero las rayas rojiblancas. De lo que no queda rastro alguno es de la casa del conserje, al lado de los vestuarios.
El terreno de juego coincidía aproximadamente con la plaza actual de la Ciudad de Viena, y en la calle de arriba, de Juan Montalvo, estaba (y sigue estando) el colegio del Buen Consejo, desde el que se veía parte del campo, por lo que los partidos eran seguidos (parcialmente) por una pléyade de curas forofos colchoneros.
Al gran Julio Orozco le cabe el honor de haber jugado el ultimísimo partido -de juveniles- disputado el 15 de mayo de 1966.
Juan Carlos Villacorta escribió un precioso artículo de despedida, publicado en el diario 'Marca', el 2 de abril de 1966. Hago mías sus últimas palabras: «Muchos le van a decir adiós con tristeza. Bueno. No le dirán nunca adiós, sino hasta siempre. Y desde el Manzanares, que según me dicen va a ser una joya como instalación deportiva, recordaremos el Metropolitano cuatrocaminero como un fulgor, como un roce, como un sonido, como una tonalidad, una costumbre y un sueño, que diría Steinbeck».
¡¡¡Hasta siempre, Metropolitano!!!
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