Atlético de Madrid 1 - 1 Espanyol

Simeone no puede ni contra diez

Liga 2022-23 / Jornada 13

Cabrera dejó en inferioridad al Espanyol durante más de una hora // Joao Félix rescata a un Atlético vulgar de una derrota bochornosa

Joao Félix altera la huelga de animación

Resultados y clasificaciones

Joao Félix anota el 1-1 reuters

Tampoco pudo contra diez. El Atlético fue incapaz de derrotar a un Espanyol que jugó más de una hora sin Cabrera. Su entrenador (todavía) no encontró una solución ni una idea para aprovechar la ventaja numérica y solo la aparición última de Joao Félix le ... evitó un disgusto mayor. La grada, irascible dividida, cada vez está más harta.

Uno, dos, tres, doce, veinte balones... Griezmann no se cansó de recuperarlos. De presionar, correr hacia atrás, tirarse al suelo. De sudar su contrato con generosidad y ganarse cada aplauso con conmovedores arreones de esfuerzo. Otra mesa a la que sentarse y otro jugador, más Gattuso que Messi, que no solo levantó al público de sus asientos sino que posiblemente puso como escarpias los pelos de su todavía entrenador (el ideológo sin duda del suceso). Pero las cosas que le hacían diferente y decisivo al francés, las derivadas de su indiscutible talento, las que resuelven los partidos, no asomaron por el Metropolitano. Y posiblemente una cosa provoque la otra. El oxígeno no llega tan limpio a la hora de la verdad. Cuestión de prioridades.

Con todo, imposible no rendirse a este Griezmann más militar, que se entrega y obedece. Quizás el mejor de un Atlético (pero no en asuntos creativos) que no anda sobrado de nada. En cambio, le tocó soportar a menudo el ataque a Reinildo, que le pone voluntad en esa dirección (en la otra es Rambo) pero le falta virtuosismo. Tal vez sería mejor dedicar a cada cual a lo que más sabe.

Mientras el encuentro se jugó en igualdad de condiciones, antes de la expulsión de Cabrera, un matón habitual, el Espanyol propuso un duelo parejo en el que resultaba más fácil defenderse que atacar. Y en el que la atención estaba más puesta en lo que ocurría en las gradas, calientes y divididas, vacías de ultras durante la primera mitad (floja entrada en general), enfrentadas entre facciones cuando estos entraron, que sobre el césped.

Así que el guardameta Lecomte logró debutar al fin en el Metropolitano después de estar entrenando un año con su camiseta y calentando banquillo (esta vez no es tópico), pero lo hizo vestido del Espanyol y con una escenografía modificada y pervertida. Cánticos a favor de Simeone contestados desde otro sector, insultos cruzados entre los que profesan la misma religión, fractura y crispación rojiblanca (esa que Gil Marín va y achaca a la inflación y la guerra de Ucrania). Otro estadio. Un runrún turbio que en esa casa afecta. No lo hizo mal el cancerbero, que tampoco fue demasiado exigido.

Cuando el pelotazo a seguir por el que corrió Morata lo defendió Cabrera como si se tratara de un jugador de fútbol americano, el Atlético sí recibió un impulso. Dos tercios del partido a jugar con un futbolista más, toda una ventaja que tradujo en ocasiones enseguida. Falladas, eso sí, las que llegaron antes del descanso, rubricadas (mal) por Morata y el reaparecido Marcos Llorente.

At. Madrid 1 - 1 Espanyol

Liga 2022-23 / Jornada 13

  • At. Madrid: Oblak; Nahuel, Savic, Giménez, Reinildo; Llorente, De Paul (Correa, m.46), Kondogbia (Witsel, 65), Carrasco (Joao Félix, 65); Griezmann (Lemar, 73) y Morata (Cunha, 73).
  • Espanyol: Lecomte; Óscar Gil (Omar, 88), Calero, Cabrera, Oliván (Simo, 56); Keidi (Sergi Gómez, 35), VIni Zouza; Aleix Vidal (Lozano, 88), Darder, Braithwaite (Puado, 56); y Joselu.
  • Goles: 0-1, m.62: Darder. 1-1, m.78. Joao
  • Árbitro: Pulido Santana. Expulsó a Cabrera (28) por agarrar a Morata cuando se escapaba solo hacia Lecomte. Mostró amarilla a Oliván, Braithwaite, Kondogbia, Lecomte, Aleix Vidal,

Simeone cambió un centrocampista (De Paul) por un delantero ( Correa) para sacar más provecho a la ventaja numérica. El Espanyol trató de minimizar daños con un 5-3-1 que invitaba más al Atlético a inclinarse sobre el área de enfrente. Y, sin embargo, costó descifrar qué equipo estaba con uno más. La táctica o el plan (si lo hubo) no le daba a los madrileños para sacar adelante el once contra diez. Diego Martínez bañaba por ahí a Simeone. Solo los extraños arabescos de Correa, sus giros indescifrables, abrían agujeros en la zaga visitante, cápsulas de peligro. Y el gol, para variar, llegó en la otra punta: centro de lado a lado de Óscar Gil, el salto de Joselu ganando la espalda a Nahuel (para variar) cruzando el balón de vuelta al otro palo y el remate a placer de Darder. El Atlético arrimándose de nuevo al desastre.

Simeone acudió entonces a su discípulo apestado. Con el agua llegándole a la nariz y las críticas a la oreja, Joao Félix. Pero el Atlético está tieso con y sin el portugués. Un equipo previsible, plano, aburrido, incapaz. No infunde ningún pánico, no arranca del rival ni una preocupación. Buscó la vuelta y el final encomendado a la pura insistencia (por el resultado no por una instrucción preconcebida) y a alguna ocurrencia individual (cada vez más improbable).

El empate llegó, cómo no, en un arrebato de Joao Félix. Un tirazo del luso que alivió ligeramente el tropiezo, pero no (por la altanera celebración) la calentura del Metropolitano, cada vez más irascible y enojado. Fueron suyos también los gestos (el cabezazo y el recorte y tiro) que casi pusieron la remontada. Pero nada sacó de su nueva decepción al Atlético, que ya no puede ni con diez.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios