REAL MADRID
Marcelo se pone las pilas
Con Coentrao lesionado, Mourinho exige al brasileño más contundencia defensiva para no volver al banquillo
TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN
La competencia de Coentrao le ha dejado en el banquillo en los partidos ante los rivales importantes, como el Barcelona o el CSKA de Moscú. La presión de Mourinho le incita a morderse las uñas. Menos mal que las salchichas con pasta de ... mamá le protegen el estómago cuando está en casa .
Marcelo Vieira da Silva (Río de Janeiro, 12-5-88) es un malabarista del fútbol al que su potencia retrasó como lateral izquierdo para aprovechar su velocidad. Nunca fue un defensa. Es un soberbio interior. Roberto Carlos le designó su sucesor. Cosa rara en este mundo de máxima competitividad, su compatriota dijo en el club que Marcelo era su relevo. Le apoyó cuando todavía permanecía en la plantilla.
Fue fichado por Ramón Calderón el 15 de noviembre de 2006. Roberto Carlos dejó el puesto libre en julio de 2007. El joven de 18 años aprovechó la oportunidad. Se hizo un gran futbolista. Un creador. Pero nunca consiguió ser un buen defensa. Fue la razón por la que Mourinho solicitó el fichaje de Coentrao el año pasado. El portugués ha sido superior en la faceta defensiva y le ha quitado el sitio en las citas más atractivas. Ahora, Mourinho exige a Marcelo eficacia destructiva si quiere volver a ser titular en los principales encuentros.
El brasileño ha entendido el mensaje. La lesión de Coentrao le ha devuelto el puesto. Su misión es que nadie le supere por su zona.
Ya es más expeditivo
En Vallecas lo impidió de todas las maneras, con entradas contundentes. Ya no se queda mirando al rival para esperar a ver lo que hace. Ahora impide directamente el centro. Este domingo, frente al Español, intentará que su banda no sea el clásico recurso ofensivo del adversario . Porque su obsesión atacante le ha marcado durante estos cinco años. Todos los equipos toman la decisión de utilizar su flanco cuando se miden al Real Madrid. Saben que Marcelo sube y deja huecos. Es el punto débil del conjunto madrileño. Desea acabar con esa rutina.
Todos los equipos utilizan el flanco de Marcelo. Saben que sube y deja huecos
Los partidos frente al Athletic (4-1, el 22 de enero) y el Zaragoza (3-1, el 28 de enero) volvieron a dar pábulo a ese soniquete. El 0-1 de los «leones» llegó en un centro de Javi Martínez desde la derecha que remató Llorente. Y el 0-1 del Zaragoza, marcado por Lafita, nació en un pase de Aranda que Marcelo no evitó por falta de tensión. Carvalho también estuvo pasivo en aquella jugada. Esas acciones significaron que Coentrao fuera titular de nuevo en los enfrentamientos duros. Se sabía que el portugués recuperaría el sitio en Getafe (0-1), en busca de una retaguardia correosa. Ni la lesión que sufrió Marcelo lo habría impedido.
Convencer a Mourinho
Actualmente, el brasileño ha cambiado. Afronta este regreso al once con otra mentalidad. Ha visto las orejas al lobo. Hace dos meses nadie pensaba que estaría en el banquillo. Actualmente, rota con Fabio en el lateral. Por eso está de uñas, mordidas, para que nadie le quite la plaza. No volverá a permitir que su banda sea el camino del enemigo. La baja de su adversario interno le concede la potestad de demostrarlo.
Ser titular en la Champions
Su gran examen lo vivirá el 10 de marzo, en campo del Betis. Debe convencer defensivamente a Mourinho en los partidos a domicilio. Si lo hace bien, será titular en Copa de Europa frente al CSKA de Moscú, una competición en la que solo ha disputado dos encuentros . Coentrao ha protagonizado seis.
La verdad es que esta competencia le viene bien. Mourinho piensa que hay jugadores que rinden más si observan que alguien les pisa el campo. Es el caso de Marcelo. Su calidad permite esa estrategia psicológica. La clase nunca se pierde. Este chico es un adelantado a su tiempo. Tiene 23 años y ha vestido 183 veces la camiseta blanca, con un balance de 16 goles. No ha llegado a ser Roberto Carlos, porque el obús del mejor lateral izquierdo de la historia madridista solo fue inferior al cañón de Puskas. Marcelo, sin embargo, es un talento. Sus trallazos, sus paredes y sus regates son su mejor defensa. Lo mejor es esa capacidad de decidir cuando todo parece perdido.
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