Suscribete a
ABC Premium

Lágrimas del hombre frío

AFP

No podía fallar. El Touareg no podía dejarle tirado el último día, después de haber tragado por su garganta dos kilos de polvo en los dos mil kilómetros de Atacama, venga para arriba, venga para abajo. Ahora no, por favor. Quería anular el cliché de ... gafe que le persigue desde 1998. Sainz convirtió los 206 kilómetros cronometrados en una persecución . Sólo tuvo ojos para Al Attiyah. Le marcó como Gentile a Maradona en el Mundial 82. Tenía la responsabilidad de poner a España en el historial del Dakar de coches. Partía con dos minutos y cuarenta y ocho segundos de ventaja.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia