Gallina vieja hace buen caldo

El curso 2010 plantea un interesante duelo entre veteranos y jóvenes. Schumacher, De la Rosa o Barrichello quieren emular a Fangio, campeón a los 46

Gallina vieja hace buen caldo

Cuando Rubens Barrichello cruzó la línea de meta en su primer Gran Premio en la Fórmula 1 (Australia, en 1993), Jaime Alguersuari aún no se había quitado el chupete para dormir por las noches. Es probable que incluso no hubiera dado el gran salto de ... la cuna a la cama. No es una metáfora, sino la realidad de un contraste que este año expone la parrilla. Unos cuantos pilotos podrían ser los padres de otros tantos. Sí, al menos, Michael Schumacher (41 años), Pedro Martínez de la Rosa (que ayer se presentó con el Sauber desnudo de publicidad, radiante y feliz a sus 39 años), Rubens Barrichello (37) o Jarno Trulli (35) con Jaime Alguersuari (19), Nico Hulkenberg (22), Vettel (22), Kobayashi (23) o Rosberg (24).

El clan veterano se apunta al proverbio. Gallina vieja da buen caldo. La ocurrencia que deslizó el gran Valentino Rossi en su última coronación como primer gobernante de moto GP. Lo grabó en su escaleta y lo difundió por todos los televisores del planeta. Siempre hay que contar con la voz de la experiencia. Y en ello anda Michael Schumacher, que pretende convertirse a partir del próximo 14 de marzo en el campeón más viejo de la historia moderna de la Fórmula 1.

Contra Fangio

En el espejo de la edad prejubilable, el alemán siete veces campeón del mundo debe medirse contra el argentino Juan Manuel Fangio (cinco campeonatos), quien conquistó el título en 1957 con 46 años a los mandos de un Maserati.

Un prodigio de longevidad ligado a otro tiempo, a otro estilo de Fórmula 1, menos robotizada que la actual. Por aquellas épocas no se auscultaba con tanta minuciosidad el carnet de identidad de los pilotos. Farina ganó el título con 44 años en 1950 y Jack Brabham se llevó su tercer entorchado en 1966, con cuarenta primaveras en las espaldas.

Así que Schumacher se puso rígido y sacó el látigo de su indiferencia cuando el otro día, en la presentación del Mercedes ex Brawn, un periodista le preguntó por su edad como cuestión de debate respecto a sus posibilidades de ganar a Alonso, Hamilton, etc. «Estoy seguro de lo que hago», respondió lacónico el germano.

Schumacher no es viejo en el panel de estadísticas de la Fórmula 1. Es veterano ahora, como De la Rosa o Barrichello, frente a los cachorros que tratan de apuntarse récords de precocidad y asaltar las parrillas en el nombre de la edad del pavo. Nigel Mansell, el viejo león británico, ganó el Gran Premio de Australia de 1994 a los 41 años y 3 meses, al comando de un Williams impulsado por un motor Renault. No es tarde para De la Rosa, que ayer en Valencia volvió a sentirse piloto, después de siete años en el banquillo.

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