Carolina Marín, campeona del mundo de bádminton

La andaluza ha crecido mucho desde la cita Olímpica. En el camino, muchas horas de vídeo para analizar a sus rivales, muchas visitas a otros pabellones para entrenarse y adquirir nuevas técnicas para derrumbar la barrera china, donde el bádminton es deporte rey y donde ella se ha colado como la más exótica de las raquetas. Los datos están ahí, unas 6.800 licencias en España por cien millones en China. Y entre tantos ojos rasgados, los suyos, los más hambrientos y los que más ganas tienen de seguir conquistando el continente asiático.

Los gritos de la española en cada punto son su seña de identidad, su marca personal porque «si no gritas, ellas piensan que eres débil», afirmaba sin tapujos. Y los gritos comenzaron a surgir en la pista después de que Li Xuerui se mostrara como lo que es, la mejor del mundo, en los primeros cinco puntos. Muy agresiva y contundente, la china se plantó con un 5-0 inicial que trató de eliminar Marín. Lo consiguió antes del descanso (12-9), pero no supo mover a la china como es capaz y volvió a tomarle una ventaja de siete puntos (14-7).

Marín no cedió, y se acercó hasta el 15-13, pero Li Xuerui metió demasiada presión en la raqueta de la española. La campeona olímpica trazó los puntos con mucha rapidez, porque se le vio más mermada en los peloteos. Pero algunos errores no forzados de Marín y la superioridad en muchos aspectos del juego de la china entregaron el primer set por 21-17.

La andaluza se mantuvo tranquila, más que al inicio del primer set, en el comienzo del segundo. Por primera vez se puso por delante en el marcador (3-1). Tomó buena nota de los consejos que le dio su entrenador Fernando Rivas al descanso: agresividad y subir a la red, quitarse la presión y devolvérsela a la rival. Pero Li Xuerui no le dejaba ningún resquicio, ni con los mejores golpes de Marín. La española miraba a su banquillo buscando respuestas. Las encontró a mitad de set, con un parcial de 4-0 con el que se acercó hasta el 12-13, y le dio la vuelta al marcador con un 18-16. De sus tres encuentros anteriores, la española nunca le había hecho tantos puntos y, desde luego, nunca le había arrebatado un set.

La agresividad de Marín no bajó y el tercer parcial no tuvo dueña porque lo lideró la española al inicio, pero se lo quitó Li Xuerui a la mitad. La furia española continuó al alza y se ganó hasta tres puntos de partido. Lo consiguió a la primera, con un resto que la china no pudo responder. España conquista el bádminton mundial.

«Solo he recibido apoyos y solo puedo agradecerles a todos el ánimo. Mi entrenador me dijo que si quería la medalla había que luchar y eso es lo que hice. Y ahora, vacaciones, con mi familia, que ha venido a verme», fueron las primeras palabras de la protagonista.