Tour en blanco para España

No parece que ahora se vayan a repetir tantas carreras de sequía para los españoles, que todavía cuentan con Alberto Contador, Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde en el final de sus mejores años. Sin embargo, ni la presencia de los tres ciclistas punteros del panorama nacional ha servido en 2013 y 2014 para que España celebrase alguna victoria de etapa.

Este año el papel español en la carrera se ha resentido por motivos evidentes tras la caída de Alberto Contador. El madrileño estaba destinado a ser uno de los grandes protagonistas de la carrera, a disputarle la victoria a Nibali y luchar por las victorias en la montaña. Su caso no era el mismo que el del año pasado, cuando no pudo con Froome: había certezas de que en este Tour al menos competiría por la victoria.

Valverde, la opción para la general tras Contador, no puede con el TourSin Contador, la baza para la clasificación general era Alejandro Valverde. El murciano se presentaba por última vez al Tour como jefe de filas –comparte equipo con Nairo Quintana , el nuevo fenómeno dentro de los escaladores mundiales– tras estrellarse cien veces con la «Grande Bouclé». Tras quedarse como segundo clasificado tras Los Vosgos, Valverde fue claudicando poco a poco durante la última semana, cerrada con el fracaso de la última contrarreloj .

Sus piernas, plenas de talento, nunca han estado hechas para el Tour. En la búsqueda por el podio Valverde ha renunciado a su maravillosa punta de velocidad y se ha dedicado solo a sobrevivir, a tirar hacia adelante en busca de un podio que le obsesionaba y que al final no llegó. Fue un intento de mutación parecido al de la Vuelta 2009, en la que sacrificó posibles victorias de etapa (era la primera vez que corría la Vuelta sin llevarse una victoria parcial) a cambio de la genera. En este Tour, cinco año más tarde y con 34 en el carnet de identidad, no le sirvió.

En su lucha frustrada hacia el podio llegaron quizá las mejores noticias para España, con la juventud de Ion Izagirre (1989) y Jesús Herrada (1990). Los dos fueron los mejores escuderos de Valverde en la última semana, justo los días en los que más se debería notar su juventud. Llegaron a tener opciones de sumar alguna victoria de etapa, pero siempre se encontraron a alguien más fuerte.

Ni Purito ni Nieve lograron su objetivo de vencer una etapa en la montañaAlgo parecido en ese aspecto le sucedió a Joaquim Rodríguez y a Mikel Nieve. El catalán se planteaba el Tour de menos a más, sin ninguna aspiración a la general (fue tercero en 2013) después de su caída en el Giro, pero con las etapas de montaña y el maillot a puntos rojos en el punto de mira. Sin embargo, Purito fue superado en todas y cada una de las fugas que cogió en la montaña, y también claudicó ante Rafal Majka, mucho más poderoso, en la clasificación de los escaladores.

Nieve subió algo mejor durante el Tour y tuvo su opción el día de Hautacam , pero Nibali no perdonó la victoria de etapa entonces. Ha terminado en un honroso 18º puesto en la general, tercer español tras Valverde y el eterno Haimar Zubeldia, octavo. El ciclista guipuzcoano, con su estilo indetectable, fue el mejor de un decepcionante equipo Trek y con 37 años ha firmado su quinta presencia en el top ten del Tour.

Aun así, la tendencia es preocupante: en solo una de las cuatro últimas grandes vueltas por etapas ha habido victoria rojigualda, y fue en la Vuelta a España. El ciclismo español vive de tres ciclistas grandiosos y de las pocas apariciones de un puñado de buenos corredores. No se avista relevo a Contador, Purito y Valverde, los equipos nacionales han ido cayendo poco a poco –este ha sido el primer Tour sin Euskaltel, lo que ha mermado el número de ciclistas españoles en carrera– y apenas quedan, lo que dificulta el paso a profesionales de las promesas. Este Tour es el último síntoma de la enfermedad del ciclismo español , día a día un poco más grave.