Diego Urdiales: «El toreo es buscar la felicidad y la plenitud»

-Después de casi dos décadas ha roto con su apoderado Luis Miguel Villalpando. ¿Por qué?

-Villalpando y yo somos grandes amigos, y lo seguiremos siendo. Hemos considerado por ambas partes que era el momento de cerrar una etapa y abrir otra. Le agradezco todo lo que ha hecho por mí y tantas cosas maravillosas que me ha dado en el toreo. Lo vamos a seguir disfrutando juntos desde otro lado.

-¿Piensa en un nuevo apoderado?

-De momento no. Es algo muy reciente, aún no lo he decidido.

-¿Se plantea estar en solitario?

-No, tendré a alguien conmigo, pero todavía no sé quién. Si hay alguna novedad, lo comunicaré pronto.

-¿Qué significa Sevilla para usted?

-Sevilla significa algo muy grande. Por lo que representa en el toreo y por mi relación tan especial desde que era un niño. La persona que me enseñó mis primeros pasos en el toreo, a coger un capote y una muleta, era de allí. Un sevillano de Arahal que vivía en Arnedo por circunstancias de la vida, mi maestro Rafael. Él me inculcó desde esos primeros momentos el cariño y el sentir por Sevilla. Nunca imaginé que tendría una relación tan especial con Sevilla y su toreo.

-¿Diego Urdiales se siente un riojano de Sevilla?

-Por supuesto. Mi forma de interpretar el toreo tiene muchos partidarios allí, y así me lo transmiten. Cuando toreo en la Maestranza lo siento, y he tenido la suerte y el privilegio de saborear esa plaza, esa afición y triunfar allí. Es algo difícil de describir con palabras.

-Se ha convertido en un torero de pocas tardes pero de plazas muy selectas. ¿Le gusta esa fórmula? 

-Sí, son circunstancias. Mis temporadas no han sido muy extensas, pero sí en plazas de primera categoría e importancia. En el caso de Sevilla, afortunadamente llevo varios años toreando y es un privilegio.

-Este año volvió a triunfar en Sevilla, cortando una oreja en una tarde importante en la corrida de Juan Pedro Domecq. Pero también mantiene un idilio con Bilbao. ¿Qué tiene de especial Bilbao para usted?

-Es algo muy difícil de explicar. Tener cuatro puertas grandes en Bilbao y tantos momentos inolvidables… Los triunfos llegan en esas plazas porque son en las que toreo más, como Madrid. Estoy orgullosísimo de ser torero de plazas como Sevilla, Bilbao y Madrid, es lo que uno sueña.

-Son sus plazas base, pero ¿cree que debería estar más presente también en otras ferias de categoría?

-Por supuesto. He estado en muchas plazas de segunda categoría también muy importantes. La importancia la marca un reglamento, pero el sentimiento puede ser igual en una plaza de primera o de tercera. Para mí, lo importante es lo que se vive allí.

-Hace poco hablábamos con Pablo Aguado y él además de a Juan Ortega le nombraba a usted como heredero del toreo clásico que lega Morante de la Puebla. ¿Siente esa responsabilidad?

-Es evidente. Ya hace varios años que hemos toreado juntos los tres, y ese cartel gusta mucho a gran parte de la afición, con un tipo de toreo que emociona y que la gente valora.

-¿Qué ha supuesto para usted la retirada de Morante de la Puebla?

-Es un torero que ha hecho cosas increíbles en el toreo. Lo vamos a sentir mucho. Tengo una relación con él desde niños. Empezamos juntos como novilleros y hay un cariño y respeto mutuo desde hace años. Hemos estado caminando por mi pueblo como novilleros, hemos toreado muchas tardes juntos en las ferias más importantes… Lo que ha hecho en el toreo lo sabe todo el mundo, es algo muy grande. Sobre su decisión, tiene mi máximo respeto. Le deseo lo mejor, sobre todo salud y felicidad.

-¿Cree que hay que buscarle sustituto?

-No, cada uno es como es. El vacío que deja Morante se siente, porque tiene muchos partidarios, por lo gran torero que es y por el momento en el que estaba, el más importante de su vida en activo. Eso es lo que más sorprende, que estando en ese momento de esplendor y dando tardes de toros como las de este año, te deja ese vacío. Pero siempre se han retirado grandes toreros y surgen otros. No se trata de ocupar un sitio, sino de mantener la personalidad de cada uno. Ojalá haya muchos toreros como Morante para poder disfrutarlos.

-¿Quién es Curro Romero para Diego Urdiales?

-Es como hablar con Dios y que te conteste. Una leyenda viva del toreo. He tenido la suerte de conocerlo y compartir momentos con él. Es un regalo que me ha dado la vida.

-¿Cómo fue celebrar con él el 25 aniversario de su retirada en La Algaba?

-Muy bonito. Ver al maestro feliz nos llena de ilusión. Celebrar 25 años de su retirada con él, rodeado de gente que lo quiere, de su familia, de sus amigos, de tantos artistas… fue muy especial.

-¿Por qué cree que el torero de Curro Romero es Diego Urdiales?

-Eso son palabras mayores. Quizás porque le transmite algo mi forma de interpretar el toreo. Un niño que nace en Arnedo, que da sus primeros pasos con un sevillano que le habla continuamente de Curro Romero… Para mí es algo que me desborda, por admiración, por ilusión y por respeto hacia alguien tan grande. He tenido la suerte de que esté a mi lado de esa manera.

-Al final el toreo es emoción, sentimiento, pureza...

-Exacto. Es un sentimiento y una felicidad muy grande. Poder torear a un toro como uno siente, expresar tu forma y hacer feliz a la gente es algo único. El toreo es eso, algo irrepetible.

-Hace poco nos dejaba el maestro Rafael de Paula. ¿Qué ha sentido?

-Una pena muy grande para todo el toreo. Ha sido un torero genial, con tanta personalidad y que tanto arte ha dejado en esta profesión. Una pérdida que duele mucho.

-¿Qué le llamaba más la atención de Rafael de Paula?

-Su forma de interpretar tan especial, con arte y esencia. Como Curro Romero, toreros con un arte muy significativo, llenos de aroma, calidad y verdad.

-¿Cómo encara la próxima temporada? ¿Algo en América?

-Con mucha ilusión. No tengo intención de ir a América de momento. La temporada 2026 es una temporada muy esperanzadora para mí, me ilusiona por todo lo vivido y lo conseguido en el toreo en estos años. Me he sentido muy bien delante del toro este año, de una forma muy especial y quiero seguir disfrutando igual.

 -¿Qué busca exactamente en el toreo?

-Creo que el toreo cuanto más despacio… Alcanzar ese lance, ese natural, ese momento en que todo se detiene, en que todo fluye despacio y lo sientes más que nunca. Esa es mi búsqueda de cada día y de cada temporada. Busco ser mejor torero cada año, es una búsqueda de felicidad y plenitud. Que todo sea más eterno, como dice el maestro Curro Romero.

-¿La diferencia de Diego Urdiales con otros toreros está en el temple?

-Sí. Cuando logras imponer tu ritmo, tu compás, y eso emociona al público. El objetivo es emocionarte toreando y emocionar a la gente.

-Para terminar, ¿hay alguna plaza o lugar donde tenga especial ilusión por torear?

-Estoy abierto a torear donde se hagan las cosas con cariño. Me hace mucha ilusión Sevilla, Madrid y Bilbao, que son mis casas desde hace muchos años y donde siempre me han respetado.