Salvador Cortés, a hombros en Écija tras cortar seis orejas

Abrió plaza un ejemplar de Parladé al que no le sobraron las fuerzas con el que Salvador estuvo dispuesto en una faena de largo metraje por ambos pitones. El astado se fue quedando cada más corto en la muleta y el torero tiró de recursos para alargar la embestida. Consiguió muletazos templados y de mano baja, en una labor entonada que refrendó con una estocada algo caída que le sirvió para inaugurar el marcador de trofeos.

Con una larga cambiada de rodillas en el tercio recibió al segundo, un toro de Partido de Resina que manseó de salida en los capotes y acabó defendiéndose en el tercio final, echando la cara arriba, siempre a la defensiva. Cortés estuvo voluntarioso pero no pudo ligar dos muletazos seguidos de ahí que decidirá pronto cambiar el estoque simulado por el de verdad. Eficaz con la espada, fue silenciado.

Dispuesto a relanzar la tarde se fue a la puerta de chiqueros a recibir al tercero de Luis Albarrán. Tras una ajustada larga cambiada de la que salió suelto, Cortés lo toreó con gusto a la verónica a pies juntos cerca de las tablas. Estuvo variado en este ejemplar, en el que también cogió los palos con voluntad en un tercio en el que destacó el segundo par. El astado, que había tenido muchas manos de salida y esperó en banderillas, fue a más en el tercio final, embistiendo con calidad, humillando y metiendo bien la cara en la muleta sobre todo por el izquierdo. Aprovechó el torero las embestidas con series templadas y de mano baja, primero con la diestra y después al natural, rematando con pases de pecho largos. Cuadró al toro, que había brindado a Espartaco, con una serie por bernadinas antes de dejar la estocada y cortar las dos orejas.

Al de Victorino Martín, que hizo cuarto, lo llevó a los terrenos de sol para hacer la faena de muleta que comenzó con la diestra, pitón por el que se quedaba más corto y salía desentendido del engaño. Fue mucho mejor por el izquierdo y de hecho fue al natural por donde llegaron los mejores momentos de una labor dispuesta y desigual en la que dejó naturales de buen trazo. Entró a matar casi en la puerta de chiqueros y paseó la oreja del Victorino en la vuelta al ruedo.

Con cuatro orejas en el esportón se fue de nuevo a portagayola en el quinto, un ejemplar de Javier Molina manejable, al que comenzó la faena de muleta con el pase cambiado por la espalda. Cortés lo intentó en redondo y al natural, voluntarioso y entregado como toda la tarde. Tras un pinchazo, el primero del encierro, dejó una estocada y cortó la quinta oreja.

En el sexto, de Los Recitales, Fernández Pineda hizo un quite templado a la verónica, de dos y la media, que replicó Cortés por chicuelinas. Fue el mejor momento del festejo con el capote. Con la noche ya encima y sonando Puerta Grande, hizo una faena en cercanías, pegado a las tablas, mientras se anunciaba que se lidiaría el sobrero, también de los Recitales, en el que hizo el quite Chapurra, que era el segundo sobresaliente del festejo. Brindó el toro que cerró el festejo a la banda de música que con sones de Manolete y a media luz despidió una tarde festiva para la vuelta a los toros a Écija.